Con el principe de España en 1973

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Cuando era yo un niño, me sentía humillado si la familia me contaba que los niños venían de París y les traía una cigüeña o cuando me decían que los regalos del 6 de enero los traían los Reyes Magos. Yo hablaba poco y nunca sonreía, me quedaba callado pensando que me creían tonto. Claro que en represalia me gustaba hacer algún juego. Así un día le dije a mi padre que en el cuarto oscuro, donde me castigaban cuando no me portaba bien, había hablado con uno de los Reyes Magos. Mi padre me dijo: "mentiroso", y le pregunte ¿por qué? y rápidamente dijo: "Porque ?" y silencio. Casi se le escapa que los Reyes Magos no existían. Me quedé serio, pero reía por dentro.

Con el principe de España en 1973
Con el principe de España en 1973

Estos días he tenido la misma sensación de humillación que en aquellos tiempos cuando he oído las explicaciones de la Casa Real, el gobierno, los jueces y de grandes nombres de la política sobre la situación del rey emérito. Se creen que soy idiota, me decía a mí mismo y esta vez no podía hacer ningún juego. Han hablado de la presunción de inocencia, de falta de procedimiento judicial y de lo que le debemos al monarca, todo bien mezclado y cocinado.

Cuando Felipe VI renuncia a la herencia de su padre y le quita el sueldo de la Casa Real se carga cualquier presunción de inocencia. Y cuando el mismo Juan Carlos se va del país ya le da el golpe definitivo. Si yo estuviera en su lugar y fuera inocente lo primero que haría es buscar los mejores abogados y montar una serie de procesos judiciales contra quienes hubiesen faltado a la verdad. Un inocente lucha para demostrarlo, el culpable se esconde.

No vale la pena hablar de la falta de proceso judicial. Primero la inviolabilidad y segundo, la respuesta de la alta judicatura es función de quien eres. Si eres separatista, la respuesta es en horas, si eres un alto cargo ya va por años, y como más alto, más tarda. Ya sé que hay el caso de la infanta. Eso se debió a un juez honesto al que empujaron a la jubilación. Sí, hay algunos jueces honestos y casi todos han pagado por ello.

En cuanto a lo que debemos a Juan Carlos, sí hay buenas razones, pero nada tiene que ver con lo que está pasando. Si me invento una historia, por ejemplo que Einstein una vez en Princeton hubiese matado a una persona, él habría sido juzgado y condenado. ¿Se debería argumentar que el hecho de haber creado la teoría de la relatividad le exculpaba? No, ya que nada tiene que ver. Como tampoco se le quitaría méritos a sus descubrimientos por los hechos que cometiera luego. Con Juan Carlos, lo mismo.

En el año 1972, yo regresé a España después de varios años trabajando en el Reino Unido. El ambiente en el país era esperanzador y muchos de los que trabajábamos juntos teníamos el entusiasmo de promover la investigación en España. En estos tiempos estábamos con la llamada crisis de la energía y pensábamos en la necesidad de desarrollar nuevos campos. Uno que creíamos muy importante era la Fusión Termonuclear. Dentro del Grupo Inter-Universitario de Física Teórica y en colaboración con el CSIC desarrollamos planes de investigación en este campo.

Para lanzar los planes y conseguir que se nos oyera necesitábamos salir al público, en el entonces Príncipe de España encontramos uno de los apoyos que necesitábamos y él aceptó presidir los actos públicos en los que lanzamos nuestra llamada. Él se mostró muy compresivo y cercano, cuando en aquellos años el jefe del Estado era muy lejano. Mucho tengo que agradecer a Don Juan Carlos por su ayuda en el desarrollo de este programa que desde entonces sigue con éxito. Claro está, después vino la Transición y de nuevo su labor es de agradecer.

Pero a pesar de está simpatía personal que tengo hacia él, ahora tiene que responder por sus actos. También todos hemos de analizar de dónde proceden algunos de los problemas. Es urgente revisar la inviolabilidad del Jefe del Estado y ponerle límites. Es esencial exigir transparencia a la Casa Real, todos sus miembros deben poner al descubierto su patrimonio. Esto de inmediato, con más tiempo habrá que ver cuál es la opinión de los ciudadanos sobre el sistema de gobierno.