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Pau Pons Seguí es un joven menorquín que ha concluido el primero de los tres cursos de Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana. En aquel edificio de la romana Piazza della Pilotta, donde resuenan los pasos del austero y discreto jesuita mallorquín Luis Ladaria, hoy cardenal, hombre de confianza del Papa Francisco.

El sábado 5 de septiembre, en la Catedral de Menorca, Pau Pons dio un paso decisivo en su camino hacia el sacerdocio al ser ordenado diácono por el obispo Francesc Conesa. Desvela hoy el seminarista mahonés con doble licenciatura en Filosofía y Teología, que junio del 2014 marcó un ante y un después en su vida porque -ante la sorpresa de no pocos- anunció su ingreso en el Seminario de Menorca.

Pero no fue decisión improvisada ni precipitada, porque desde el lejano junio de 2014 venía valorando la idea del sacerdocio.

Tampoco fue una decisión fácil para un muchacho de 17 años en este mundo líquido y materialista, lleno de tantas tentaciones como confusiones. La vocación, que surgió en la parroquia de la Concepción, del ejemplo y el compromiso de Joan Miquel Sastre, germinó durante el Año Jacobeo del 2010, cuando los jóvenes de catequesis de Confirmación de la Concepción, recorrieron el Camino de Santiago. Junio del 2014 marcó el compromiso definitivo.

La Iglesia diocesana cuenta con otro diácono, que prosigue la formación hacia el presbiterado. Pau Pons Seguí nos interpela por la fuerza de su vocación, su seriedad y también porque no quiere notoriedad. Consciente de que la fe es un don, su actitud es de servicio y humildad, sin aportar ni desvelar ninguna referencia a su brillante expediente académico ni a los extraordinarios resultados que obtuvo en la Selectividad.

Dentro de dos años, al concluir la licenciatura en Derecho Canónico en Roma, se incorporará a nuestra diócesis, donde ejercerá su ministerio. Se forja un buen sacerdote menorquín.