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Hay noticias de famosos y sus problemas que pueden servir de ejemplo. Es el caso del asunto familiar del cantante Miguel Bosé con el escultor Nacho Palau que durante tres décadas fueron pareja y formaron una familia con 4 hijos. Al principio, se supo que eran dos los hijos que quiso compartir Miguel con el mundo, después, al tiempo, salió la fotografía de él con sus cuatro hijos en Disneyland. Todo parecía ir bien, un personaje público con estima, un hombre talentoso en la música, y deseado por mujeres y hombres. Bosé lo sabe y lo explota. Pero de repente se conocen cosas de él que chirrían y no sabes muy bien cómo encajar. Solo veías por prensa y redes sociales que su relación estrecha era solo con su madre, la actriz italiana Lucía Bosé. Sus hermanas y sobrinos parece que no pintan mucho. De hecho es sabido su mala relación con Olfo Bosé hijo de Lucía Dominguín. Recientemente en el programa «La Resistencia» otra de sus sobrinas, con proyección también musical, Dora Postigo, hija de Bimba Bosé, dejaba entrever que no hay relación. El presentador le preguntaba que qué tal con su tío Miguel, y ella respondió que vivía en México, nada más.

¿Qué le pasa a Miguel? Nadie lo sabe. Pero lo que es un hecho es que los cuatro niños de Miguel y Nacho deben estar unidos. Actualmente están separados, dos por cada progenitor después de 8 años juntos.

Alguna vez he manifestado que no soy tan moderna en eso de la maternidad de alquiler, o subrogada, porque creo que la concepción y en la gestación como vínculo materno-filial. Pero ya que estamos en este supuesto real, siempre ante cualquier conflicto familiar, lo mejor es simplificar, rendirse y dejar que el amor vaya tejiendo el manto de protección para todos los miembros de la familia.

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Espero que el sentido común de Miguel Bosé haga que el amor reine. Nacho Palau, no le conozco, pero me gusta que luche por la dignidad de sus hijos. Por la unidad, y la filiación, eso es el sentido de ser familia.

Hay otros famosos que también me llaman la atención como Rocío Carrasco, hija de Rocío Jurado, que no tenga contacto con sus hijos desde hace ya años. Hay que amar sobre todas las cosas, y construir en el amor y no alimentar el rencor.

La última sonada es la de Kiko Rivera con su madre Isabel Pantoja. Manifestó públicamente que necesitaba los ‘besos y abrazos’ de su madre en su peor momento. A lo que su madre se excusó dando importancia más a la pandemia que al reclamo de su hijo. Las percepciones del dolor, cada persona las asume de una manera. Y Kiko en sus momentos más bajos necesitaba «besos y abrazos», no hay excusas para negarse.