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16-XI-20 Lunes

Está quedando claro que, en el nuevo escenario digital, las emociones priman mientras la verdad se bate en retirada. Según el periodista Mattew d’Ancona a quien aludía hace unos días, el rumor de la colmena lanza la mentira zumbando al ciberespacio para que cumpla su tarea. Nunca ha sido tan oportuno el viejo adagio de que una mentira puede llegar al otro lado del mundo mientras la verdad todavía está poniéndose los zapatos. Y es que cada uno va eligiendo su propia realidad como si estuviera en un bufet, la posverdad es, ante todo, un fenómeno emocional. Tiene que ver con nuestra actitud frente a la verdad más que con la verdad en sí.

Esta implicación emocional, más que racional, se ha visto clara estos días en las redes sociales, de las que me pasan una muestra (sigo alérgico a ellas), relativa a un relevo un tanto sorprendente, aunque sea un cargo de confianza, y obviamente inoportuno (en tiempos de crisis no hagas mudanza) en el Hospital Mateu Orfila, y en la que quien más quien menos pontifica con más emoción que raciocinio. No han ayudado algunos titulares equívocos y, mucho menos, los linchadores de las redes, que se lo pasan en grande con sus campañas, haciendo alarde de su oceánica ignorancia y sus insidiosos rencores. Lamentable.

17-XI-20 Martes

Otro asunto controvertido es el de las peligrosas amistades del gobierno Sánchez para poder articular una mayoría de gobierno. «Bildu, Bildu, Bildu» se oye machaconamente en radios y televisiones, acompañado de rasgamientos de vestiduras y crujir de dientes. Cuesta matizar en un tema tan sensible, pero hay una insoslayable cuestión previa: aunque no nos guste este gobierno de coalición, fundamentalmente por el activismo demagógico y poco solidario de Pablo Iglesias, quien actúa al más puro estilo Torra, en su momento fue la solución menos mala, salvo para quienes quieran creer que hubiera sido mejor convocar unas terceras, cuartas o quintas elecciones…

Aceptada la plena legitimidad del Gobierno que se resiste a reconocer la derecha, tenemos el problema de la fragmentación política y subsiguiente necesidad de buscar compañías más o menos incómodas, como puede ser Vox para el centroderecha y Bildu para el centro izquierda. Y así, tenemos gobiernos autonómicos enmarcados en la foto de Colón (PP, Cs y Vox), y un extraño mejunje de siglas para apuntalar el gobierno de coalición, aunque la escandalera se centra en Bildu, herederos de ETA, o directamente etarras para un sector de la ciudadanía. Y sí, aunque ETA lleve casi diez años desaparecida, y tenga la macabra historia que tiene (otro gallo cantaría si abjurasen públicamente de ella), hoy día cumple todos los requisitos democráticos para presentarse a unas elecciones y, si le place, apoyar unos presupuestos generales. La democracia exige, entre otras cosas, tragar sapos y este, aunque notablemente viscoso, es uno de ellos.

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18-XI-20 Miércoles

Hace años que lo tengo sobre el escritorio, una antiquísima escribanía de l’avi Bosch, sin apenas reparar en él, y no sé por qué lo hago hoy, quizá por el abatimiento en que me sumen las refriegas del hospital, las noticias de la pandemia, el mal perder trumpiano… Se trata de un inquietante óleo sobre lienzo de René Magritte, pintor surrealista de principios del pasado siglo, que hasta ahora observaba alguna vez de refilón y hasta con una sonrisa. Sin embargo, hoy me quedo hipnotizado porque ya no me parece tan distópico cuando veo a la gente enmascarada por la calle, ojos cuya mirada me parece discernir, pero a los que no oso interpelar para no meter la pata. Veo gente cansada, triste, que no acaba de ver una salida a una situación tan insólita como angustiosa.

«Los amantes» de Magritte ya no me parece tan surrealista…

19-XI-20 Jueves

Infructuosa búsqueda de un alivio: la situación de los inmigrantes en Canarias es una calamidad humanitaria, una bofetada a los políticos incapaces de dar una solución medianamente aceptable, una llamada a nuestras conciencias de ciudadanos europeos supuestamente irreprochables pero que miramos para otro lado.

Me ha costado, pero la he encontrado. Una veta de optimismo hoy en «La Vanguardia», a través de Enric Juliana: «Habrá presupuestos, legislatura, vacunas y una muy posible recuperación a partir de la primavera... Una procesión de 140.000 millones de euros atraviesa la tormenta de arena»… Con permiso de Hungría y Polonia, claro.