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Cuando no sabes qué filtro poner a la foto de tu vida es que no valoras que el mejor filtro es el que es fruto de la naturalidad y espontaneidad. Bien es cierto que si pones según qué filtro mejora la luz, se hace más adictiva una foto. Pero aunque te parezca mentira lo importante es la toma del momento. Así, en todo en la vida. A veces queremos maquillar la realidad cuando es bella de por sí con sus tonalidades, lo que pasa es que no aceptamos porque no nos aceptamos. Juego con la metáfora de las fotografías para nada quiero influir en la creatividad, y el ser artista de una imagen, pero ¿me captan la idea, verdad?

Fuera de los editores de imagen, la foto es la que es porque en esencia eres tú, o es la proyección de lo que quieres expresar.

Desde luego estamos en la era de la imagen. En la era de los likes, de los «me gusta». De la rapidez, dame segundos para lanzarte un mensaje que si no me aburro. Y hay que adaptarse, hasta en la educación.

Para entrar a los jóvenes hay que comunicarse a veces como ellos, para que les guste un curso, un taller. Pero siempre siendo tu, sin dejar tu centro.

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El cambio es crecimiento, el cambio es vivir. Si entrenas el cambio siempre te será fácil adaptarte a cualquier terreno: sea abrupto, liso, movedizo, arenoso...

El mejor filtro de tu instantánea eres tú. El mejor mensaje eres tú. Qué quieres proyectar de ti mismo; hacía dónde quieres ir; que te planteas hoy; ... Respóndete con tus tiempos de espera aunque por delante de ti pasen otros. No importa el tiempo sino el cómo te conteste y el cómo pases a la acción.

Es cierto que no puedes vivir en un bucle de pensamientos sin pasar a la acción de los hechos, pero sí que puedes reflexionar mientras caminas.

Aprecio por las redes sociales que a cierta parte de la población le cuesta arrancar en este mes de enero. Está como cansado, apático, tristón. Ciertos expertos en motivación lo achacan al tema covid-19 y las restricciones que imperan, y eso afecta en el subconsciente de las personas a luchar lo mínimo para salvar el día.

No es difícil, es un reto para ti brillar por ti mismo, misma. Hacer que tus días sean como quieres que sean, y te salgan por tus ganas de mejorar. Pequeños pasitos te pueden cambiar la órbita de tus pensamientos grises, como comprarte flores, tomarte un café, pasear por la playa, cambiar la decoración de tu salón simplemente cambiando la estantería a otro lugar,... cosas que en un principio te pueden parecer nimias pero que después dan resultado anímicamente, y girará el rumbo de tu barca para situarse viento a favor. Y recuerda que una meta sin un objetivo se convierte solo en un deseo, ¡trabájate! Y ¡practica!