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Si la figura del «ha prescrito» socorre de sus miserias al trincón que se ha aprovechado de su disfraz de político, el tema se diluye como un azucarillo en un vaso de agua. Pero, ¡ay amigo!, si la justicia se las tiene tiesas y le toma interés al corrupto de turno, este cambiará de estrategia de tal suerte que la cúpula de responsables del PP todos a una dirán «el nombre por el que usted se interesa ya no tiene ningún cargo, ni siquiera está ya en el partido», como si esto fuera un bálsamo expiatorio de la golfería de unos y de otros. Mientras, la ciudadanía se hace cruces al no comprender cómo se puede tener la cara tan dura.

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Al señor Bárcenas le llaman ahora los dirigentes del PP «el delincuente», olvidándose de un pequeño detalle: si Bárcenas se hizo delincuente fue estando al frente de las finanzas del PP, no era en consecuencia en el organigrama del partido del señor Rajoy un desconocido, por ejemplo de Dolores Cospedal, Rodríguez Rato, Francisco Álvarez Cascos, Jaime Mayor Oreja o Ángel Acebes entre otros. Alguna vez tengo oído que en España no teníamos pan para tanto chorizo. ¿Lo ha oído usted alguna vez señor Casado? Estas triquiñuelas de los enriquecimientos ilícitos suelen acabar como un castillo de naipes que se desmorona, sobre todo cuando son muchos los que ponen la cuchara. Al final, alguien saca los pies de las alforjas. A partir de ese momento, solo hace falta que un juez tire del ovillo, momento en que viendo que el barco hace aguas, dicen quienes saben de estas cosas, que las ratas huyen del mismo. Las piezas sueltas pasan a formar parte de un puzle, y aquí abundan los que se pasan las horas como los confinados de una pandemia resolviendo

¡Hombre señor Casado! Que usted dulcificara su verbo diciendo que se sentía orgulloso de la herencia de Aznar y de Rajoy, pues le honra que quiere que le diga, lo malo en usted, es la fragilidad de memoria que le abandona. Incluso en momentos importantes; ha bastado que el señor Bárcenas moviera un poco la manta sin apenas tirar de ella, y se nos ha puesto usted de los nervios. Ahora, como si usted pudiera manejar el tiempo de los verbos para situar los hechos, resulta que antes de ser usted quien manejara la batuta, dice refiriéndose al pasado que este se ha volatizado, vamos que se ha hecho chamusquina, no han quedado ni las pavesas, pero cual ave fénix, no tiene empacho en retornar de sus cenizas cuando usted ha tomado las riendas de un caballo bastante desbocado por la corrupción por lo menos de hace cuatro días. Cuando cualquiera que sepa algo de esta historia interminable de abogados y jueces, sabe muy bien que aquí no hay un PP nuevo a voluntad del que lleva la batuta, simplemente porque es el PP de la derecha, de la derecha de siempre. Un día refiriéndose a ustedes, dijo Alfonso Guerra en televisión: «¿Pero ustedes de dónde venían que llevan lo que llevamos de democracia viajando hacia el centro y aún no han llegado?». La ecuación se me antoja sencilla, puede que todo se deba a que la izquierda no está a la izquierda, la derecha no está a la derecha y el centro no está en medio. Señor Casado, no puede usted ir tirando las manzanas podridas del cesto que otrora alimentaba Bárcenas con sobres de dinero opaco, según lo publicado, porque mal que le pese, las manzanas sanas y las podridas que usted ha conocido del PP, no eran de cestos distintos, eran y algunas siguen siendo del mismo árbol ¿Se imagina la que se iba a montar si nuestro rey reinante dijera que detrás de él no ha existido ninguna monarquía? No foti, señor Casado. Bárcenas, en fin, es si ustedes lo señalan así, un delincuente, pero no se vayan a creer por eso que la ciudadanía está tan atontada que no se da cuenta que Bárcenas es uno más de la gran cantidad de delincuentes que han tenido o incluso siguen teniendo carnet del PP, porque dígame, ¿de dónde como una hormiga iba Bárcenas retirando montoncitos de dinero del que a él le llegaba hasta acumular una fortuna? ¿En función de qué le llegaba ese dinero?