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Hoy es lunes, 1 de marzo, día de las Islas Baleares, en conmemoración del día en el que se publicó en el Boletín Oficial del Estado el Estatuto de Autonomía en 1983. El nombre de Islas Baleares se lo dieron los fenicios a Mallorca y Menorca. A Ibiza y Formentera las llamaron Pitiusas, porque había muchos pinos (pitys, pino en griego) Pero parece que el nombre «Baleares» no proviene del griego, sino que es púnico, es decir, relativo a Cartago, antigua ciudad del norte de África, y hace referencia a la maestría para tirar piedras con honda de los honderos baleáricos.

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Sin embargo, no es muy frecuente celebrar los lunes cuando no son festivos. Es más, la gente suele odiar los lunes. Dicen que solo el trece por ciento de los trabajadores se siente comprometido con su trabajo; nueve de cada diez personas se sienten desmotivadas en su trabajo y por eso experimentan malestar cuando se acercan los lunes. Existe un cambio brusco de ánimo entre el ‘feliz’ domingo y el lunes. Después, conforme avanza la semana, nuestra mente se va adaptando a la idea de trabajar. Hay quien dice que no disfrutamos de los fines de semana como merecemos y cuando llega el lunes sentimos cierta frustración. También hay quien dice que no socializamos lo suficiente en las empresas donde trabajamos y eso causa desazón cuando se acerca el lunes. También se afirma que los lunes tenemos dificultades en despertar y arrancar el día, debido a que durante el fin de semana nos hemos pasado durmiendo lo que no pudimos durante la semana laboral. Además está lo de la buena vida a base de comer y beber durante los fines de semana, por lo que cuando llega el lunes tenemos resaca. De modo que a un «Plácido Domingo» -nombre de un famoso cantante- nos vemos en la tesitura de contraponerle un «Triste Lunes».

Según la astrología, los nacidos en lunes son misteriosos e imprevisibles, experimentan altibajos, son abiertos y comprensivos, sensibles y cambian de emoción con rapidez. No hace falta que lo creamos, esto es como lo de la conveniencia de comer o no espárragos, de beber o no leche: cada uno dice la suya. Ya se sabe que nuestro subconsciente es muy influenciable y que si creemos a pies juntillas que somos una cosa u otra, terminamos siéndolo y si aceptamos que nos va a pasar esto o lo otro, nos termina pasando. Por eso lo mejor sería pensar que los lunes son un día como otro cualquiera y que nos va a terminar pasando todo lo bueno, porque cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana.