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26-II-21 Viernes

Doble ración de tertulias telemáticas, anoche simultáneas. Sigo en directo la del Círculo de Empresarios con el doctor Joaquín Fuster, y grabo para después la del menorquín Carlos Castelló. El doctor Fuster es profesor del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Los Ángeles e investigador de Neurociencia Cognitiva, y expone que el virus ataca a los viejos pero que el primer damnificado es el niño, por las dificultades de escolarización y el subsiguiente desarrollo cognitivo. Desarrolla el interesante concepto de la «memoria del futuro», aquella que basándose en la realidad presente desarrolla proyecciones de futuro, y que ha estado paralizada durante un año en el que solo ha habido presente…

Por su parte, el mahonés Carles Castelló Catchot, politólogo por la Universidad Pompeu Fabra, máster en Relaciones Internacionales por la Georgetown University, y manager de operaciones de Instagram en San Francisco, también incide es su preocupación por la pobreza infantil, aunque se muestra esperanzado con la llegada de Biden a la primera magistratura norteamericana para revertir las políticas más lesivas de Donald Trump… Mientras veo y escucho al politólogo, me traslado por el túnel del tiempo, cuando Carles era un chaval que, con su hermano Lluís jugaba con mis hijos. Sabía de sus éxitos profesionales y ahora, mientras sigo su disertación me entra la melancolía. Tempus fugit.

27-II-21 Sábado

Insobornablemente honesta y con una acreditada vocación de servicio público, Bárbara Coll hubiera sido una magnífica defensora del pueblo y con este artificioso affaire se le ha infligido un inmerecido daño moral a ella y, de paso, a la credibilidad del Consell insular, que, sin dar una razón medianamente convincente, ha echado para atrás su propia propuesta.

Tampoco se ha lucido el PSOE local en el asunto del topónimo de la ciudad que, dada la polarización ciudadana en esta cuestión, estaba bien como estaba, con una fórmula integradora que no podía molestar a nadie, tal y como funciona en la propia Euskadi con sus dobles topónimos (Bilbo/Bilbao, Donosti/ San Sebastián y Gasteiz/Vitoria). La ley tiene que ser flexible y adaptarse a la ciudadanía y sus peculiaridades y no al revés.

28-II-21 Domingo

Engañoso sol que no atempera más que a ratos la fresca temperatura ambiental. Terrazas llenas en el puerto, caras sonrientes… ¿Se adivina la luz al final del corredor o se tratará solo de un trampantojo?...

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Acabado el párrafo siento una punzada de vergüenza: ¿Cómo podemos hablar de terrazas y copeos con unas crecientes colas del hambre en nuestras principales ciudades? ¿Cómo sonreír ante la perspectiva de más de cuatro millones de personas sin ingresos?

1-III-21 Lunes

Escuché anoche respetuosamente las palabras del expresidente Aznar en su entrevista con Jordi Évole, a quien noto intimidado por la rocosa firmeza del personaje, inasequible al desaliento en la defensa de ‘todas’ sus acciones de gobierno, incluida la flagrante mentira de las armas de destrucción masiva y la no menos escandalosa de la autoría del atentado del 11-M en la que se empeñó en mantener la intervención de ETA cuando a media mañana del mismo día, la inmensa mayoría de medios de comunicación extranjeros lo atribuían a una célula islámica y la propia Batasuna había salido para negar la participación del «Movimiento Vasco de Liberación» (Aznar dixit).

En el indiscutible haber de Aznar, la unificación del centro derecha convirtiéndolo en un partido de gobierno y, en general, su primera legislatura de colaboración con Jordi Pujol, a pesar del cuento del enano que hablaba castellano, sus buenos resultados económicos… La segunda legislatura, con mayoría absoluta fue entre otras cosas, la cuna del «a por ellos», mejor olvidarla.

2-III-21 Martes

Barça, Barça, Barça… Y no, no estoy animando a mi equipo para su compromiso copero de mañana, que también, sino haciendo referencia a su crisis institucional, un ‘’Barçagate’ con espías cibernéticos, facturas desmenuzadas e hinchadas, y descarnada lucha por el poder, que ocupa hoy los titulares en prácticamente todo el mundo. Da lo mismo, uno puede cambiar de religión, de partido político y hasta de mujer, pero jamás de los jamases de equipo de fútbol. Visca.

4-III-21 Jueves

Es lo que digo. Si hubiera abjurado de mi militancia culé por el ‘Barçagate’o, como algunos amigos, por «eso de la independencia», me hubiera perdido la gozada de anoche en que durante un par de horas me olvidé de la pandemia, de los viajes de las infantas, de las cloacas de Villarejo, de la mosca cojonera de Pablo Iglesias, de los ‘apretadores’ de la CUP, de la infinita arrogancia de Aznar y de su labio petrificado…