TW

La vida tiene altos y bajos emocionales y de creencias. De más jovencita tuve una fuerte duda existencial cuando leí «San Manuel Bueno, mártir», de Miguel de Unamuno. Me hizo creer en las personas más que en Dios. Después se templaron las inquietudes, o las dejé enfriar. Es cierto que en actos de celebración, como puede ser la confirmación que hice, o los bautizos de mis hijos soy una fuente de lágrimas, hay algo que me sobrecoge, a lo que no puedo poner nombre. Pero sí que presiento la trascendencia. Para mí es el amor que todo lo mueve, lo transforma, lo revoluciona, lo engrandece.

Noticias relacionadas

Pablo Motos entrevistó en «El Hormiguero» a Camilo, un cantante colombiano que está ahora en el candelero musical. Autor de «Vida de rico», «Favorito», «Bebé», «Tutu»… Un joven muy característico por su bigote a lo Dalí, y sus uñas pintadas con un icónico punto de gel negro. El presentador le preguntó el porqué de ese símbolo. Camilo contesta que cree que fuimos creados por Dios de la materia más simple como el polvo, el barro, lo siente como poético. Y le repregunta Pablo cuánto de importante es para ti Dios, a lo que Camilo responde que no cree tanto en la religión como estructura sino en la palabra Dios, otros lo llamarán de otras maneras, pero él siente que todo lo que hace es por Dios, trata de buscarlo. No cree que estemos aquí sin más, de paso. Hay algo más que le hace vibrar. Meses atrás participó en la canción «Amén» con su familia política, los Montaner, ya que Camilo está casado con Evaluna, hija de un conocido cantautor latinoamericano, Ricardo Montaner, y Marlene Rodríguez. La autoría de esta canción es de su suegro. «Hey, estés donde estés necesito que vengas ahora que mi mundo está al revés (…) Que nadie me cuida como tu me cuidas, … los errores que tú ya me perdonaste (…) sé que, aunque esté en un hueco no estoy solo… Cuida de mí, deja mi alma llena de ti», una canción para mí conmovedora que te hace creer en ese Dios. Esta familia, los Montaner, son creyentes, y llama la atención como hablan con naturalidad de ese Dios. A veces puede cansar cuando se repiten, pero es que lo tienen tan cosido en su vocablo porque creen. Y esta naturalidad te hace acercarte a esa figura en la que algunos humanos hemos sido educados.

Sobre lo que no dudo es de la buena voluntad de las personas, lo que tienen en su interior que hace que la sociedad sea mejor. Y tampoco dudo de la inteligencia y de la ciencia, lo que es, es. Si no estudias, y te esfuerzas, no apruebas por ninguna divinidad. Y así con todo. No hay trampa ni cartón. Y tampoco dudo del amor. Ante la duda, amor. Todo lo que perdura eternamente se hace con amor.