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En prensa, radio y televisión, se han ido manejando diferentes cifras sobre los millones que el Sr. Bárcenas fue agavillando de los dineros que le llegaban en función parece ser, de donativos que se hacían al PP de empresarios sin escrúpulos para conseguir que se les designasen los contratos más sustanciosos, una especie de ‘maná’ que llegaba a este tesorero procedente de las ‘derramas’ de quien presuntamente pretendía a cambio alcanzar los beneficios que dejan las grandes obras, algunas verdaderamente faraónicas. Como ustedes comprenderán, antes de pagar materiales y manos de obra, había que aforar el costoso capítulo que el empresario de turno ponía encima de la mesa del Sr. Bárcenas. A todas luces una fraudulenta operación que lleva siete años en los juzgados y aún no se ha sustanciado.

Esta semana han pasado a declarar la plana mayor de aquel PP, pero estoy cierto que por más que tienen obligación de decir verdad, dirán la verdad que a ellos les interese, porque no me digan que a estas alturas se sigue ignorando en este país, que hay mentiras que ganan juicios. La plana mayor de aquel PP, niega una y otra vez lo de la caja B por más que otros dirigentes así lo han reconocido, y les confieso que no me extraña en un partido que algunos reconocen como el más corrupto de Europa. Manejar aquella cantidad de millones debió ser una tentación a la que Bárcenas no quiso quedarse sin su particular ‘derrama’.

Recuerdo que hace años a mi casa llegaba un mielero de Guadalajara vendiendo miel a granel, la llevaba en un pequeño barril de madera al hombro y voceaba el goloso producto que ofertaba. Un día que se derramó un chorretón de miel sobre las manos, no vaciló en decirme: «Quien maneja miel las manos se unta». El Sr. Bárcenas manejaba la miel golosa de los millones, a mí no me extraña que alguna vez se manchase hasta juntar como ahora se dice 50 millones de euros, lo viene a ser algo más que mancharse las manos de miel. No tengo documentación suficiente para afirmar que hubiera o dejase de haber una caja B en las oficinas de Génova, pero me consta que algunos representantes de la ciudadanía elegidos en las urnas, consideran correcto que tuvieran una caja B, lo consideran normal, porque algunos cuando se limpian el culo, ni siquiera creen que están cerca de la mierda.

Lo malo de dejarse sobornar no solamente con dinero negro, el que se usa para engordar los caudales de alguno, que han visto de esta manera como ha aumentado su patrimonio. Con ser eso una indecencia, lo que ya no tendría nombre sería acudir a unas elecciones dopados por un dinero fuera de control, que permitiría actos electorales que otros no se pueden permitir. Repito, no sé cuánto habrá de cierto en estas miserias, pero por lo dicho y lo publicado, hoy no parece que sea ningún secreto que escandalice ni siquiera a los partidos que puedan haberse visto perjudicados por esta repugnante práctica.

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Me parece una mala manera de hacer justicia que el caso Bárcenas y lo de la caja B lleve siete años de «retorcer la troca», sumarios que se eternizan, luego, cuando por fin se sustancian, y aparece el nombre con apellidos de algún que otro «chorizo de pata negra», la ciudadanía se quede boquiabierta al tener que escuchar que «aquello» ha prescrito. Y por si fuera poco, el delincuente o los delincuentes, ya no están en el partido, como si esa manida cantinela liberase al susodicho partido de la prevaricación cometida o cualquier otro delito. Se les trabuca la memoria al no tener presente que sí que estaban en el partido cuando presuntamente recogían los sobres de los que Bárcenas les acusa. Es como cuando Pedro negó tres veces al Maestro diciendo que no le conocía. Por eso el saber popular dice «si Pedro no negase a Cristo como negó, otro gallo le cantase mejor que el que le cantó».

Luis Bárcenas ha llamado ahora cobardes a quienes se han negado a reconocer lo evidente. Cuánto mejor harían el reconocer el mal que se ha hecho a la política y presuntamente a su partido, dejando que el ‘marrón’ se lo estén haciendo pagar a Rosalía y a Luis Bárcenas. Los otros solamente son de momentos presuntos. La ciudadanía no ignora que estamos ante unos hechos difíciles de formar parte de una carga más o menos punible, y aun cuando eso pasara, siempre quedará el recurso de ha prescrito; la ciudadanía tampoco ignora que hay mentiras que ganan juicios por más que envilecen el sistema judicial.

Los dirigentes de aquel PP que ahora declaran, supongo que saben que están obligados a decir la verdad.

¿Acaso creen algunos bienaventurados que ahora alguno de aquellos dirigentes manifieste que sabía lo de la caja B de la que Bárcenas afirma que recibían los sobres con dinero negro? Si usted se lo cree sepa que es usted más inocente que el mecanismo de un chupa chups.