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Los prejuicios que están presentes en muchos niveles de la sociedad son la causa de muchos conflictos y horrores para las personas afectadas. En Estados Unidos los prejuicios raciales fueron muy fuertes en el pasado y aun siguen presentes en la sociedad lo que hace que un gran sector de la población afro-americana esté discriminada.

Estos prejuicios son aun más nefastos si impregnan a los cuerpos policiales y a los jueces. En lo que afecta a la policía lo seguimos viendo cada día por el número de víctimas mortales en la población afro-americana debido a acciones de la policía.

La violencia policial es un grave problema en Estados Unidos, en 2020 y a pesar de la pandemia hubo 1021 muerto por violencia policial según ha contabilizado la prensa ya que no hay datos oficiales. Los Estados mantienen todos los datos relacionados con estos incidentes como secretos para proteger a la policía. Una gran fracción de las víctimas fueron latinos y afroamericanos, más de el doble que de blancos cuando la proporción en población es la inversa, hay más del doble de blancos que afroamericanos y latinos en Estados Unidos. La cifra de muertos es la más alta desde 2015 cuando la prensa empezó a contabilizar estos incidentes.

En muchos Estados, la policía puede ocultar el nombre de los miembros del cuerpo que han cometido los disparos incluso cuando estos aparecen ante el juez para analizar los datos. Casi siempre, la version policial es la que figura en los juicios.

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En el caso de George Floyd, que apareció en toda la prensa, la version policial era clara y simple. Ellos dijeron que se había resistido físicamente a los guardias y que de pronto sufrió una emergencia médica. Fue gracias a una persona que presenció el ataque policial y lo filmó que se vio como el policía ahogó a Floyd poniendo la rodilla al cuello.

Esa actitud racista de la policía americana viene de atrás. En las últimas semanas hemos visto las terribles consecuencias de ello. Un ejemplo ha sido el caso de Kevin Strickland, un hombre de color que ha estado en la cárcel 43 años por un crimen que no cometió. Después de varios intentos en esos años finalmente un juez lo exoneró y le dio la libertad. Kevin Strickland fue declarado culpable de asesinar a tres personas en 1979. La base de la acusación la dio la cuarta persona del grupo, pero esa persona negó al poco tiempo su testimonio múltiples veces y dijo que había sido presionada por la policía para que lo identificara como culpable. Este hombre ya con 62 años ha perdido su vida de una forma cruel. Ha habido otros casos similares en que la policía forzó la declaración de los testigos.

Además, el Estado de Missouri, en donde ocurrieron esos hechos, no le dará a Kevin Strickland ni un céntimo de compensación. Este Estado no paga compensaciones económicas por ese tipo de casos solo se da compensación cuando se declara la inocencia con pruebas deADN. Vista esta situación, se organizó una campaña para recoger fondos para esta persona, la campaña ha tenido bastante éxito y ha recogido casi un millón de dólares.

Uno se pregunta qué pasaría si en Estados Unidos hubiera una ley mordaza como la española. La respuesta es que muchas de estas situaciones serían aun peores para los ciudadanos que las sufrieran. En situaciones de fuertes prejuicios los ciudadanos necesitan protección de quienes son oficialmente sus protectores.

En España no creo que haya prejuicios racistas como en Estados Unidos, pero sí puede haber otros prejuicios. Algunos de estos prejuicios eran evidentes en la manifestación de Madrid de la semana pasada. Es indudable que la policía necesita protección cuando ejerce su trabajo, pero también la necesitan los ciudadanos cuando la imparcialidad del sistema falla. Por tanto es necesario modificar la ley mordaza inteligentemente.