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No conozco ningún refrán castellano que hable de cuando la Navidad cae en sábado, como ocurre este fin de semana, aunque esto bien podría ser un defecto mío, pero no hace falta que me invente uno, porque en catalán dicen Nadal en dissabte porta recapte, Nadal en diumenge porta revenja. Navidad en sábado trae recaudo, Navidad en domingo trae revancha. Supongo que el recaudo debe de aludir a la comida extra de Navidad y la revancha también. Y es que parece que la Navidad es sinónimo de dispendio, comercio, exceso, etc. La Navidad hoy en día trae consigo un propósito comercial, un aumento de todo tipo de ventas y servicios. He leído que la cantidad aproximada de ventas en todo el mundo durante estas fiestas alcanza los 965 billones de dólares. De modo que los Papá Noel, Santa Claus o Reyes Magos suelen venir acompañados de euforia económica excesiva y seguidos de las penurias de la cuesta de enero, cuando no de deudas. Los comerciantes suelen estrujarse el cerebro para hacer encajar su producto con la fantasía propia de esta época. Esto se ve en los anuncios televisivos, llenos de músicas famosas adaptadas, frases célebres, pensamientos filosóficos, hombres y mujeres de una juventud poco menos que desafiante, etc. aplicado a los productos que se quieren vender. Se explotan sentimientos y nostalgias del tipo «vuelve a casa», abrazos por encima de lo que es aconsejable por el covid, colonias que convierten al hombre en un súper-varón y a la mujer en una súper-fémina, paisajes y elucubraciones sentimentales en coches de lujo a los que no todos podemos llegar, golosinas que nos recuerdan el sabor de la infancia, paz en el centro comercial y sueños que nos retrotraen a las maravillas de la Conchinchina.

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La Navidad suele ser un filón comercial, y por Navidad entendemos vacaciones, compartir con la familia, árboles de Navidad, luces en las calles, viajes, fin de año, glamour, ofertas para las fiestas, loterías que caen muy repartidas, que palian los efectos de las desgracias, que a lo mejor taponan el volcán de la Palma, de ilusión también se vive, tarjetas navideñas, reyes magos, san Antonio, san Sebastián y lo que decía un amigo mío ya con cierta experiencia de la vida: Sant Duro i Sant Cul. Mira por donde, una celebración religiosa se convierte en la más pagana de las realidades, que por algo las Saturnales, las fiestas paganas que celebraban los romanos en honor a Saturno, influyeron en la creación de la Navidad que celebramos actualmente.