TW

Varias carrocerías destrozadas, decenas de heridos y un sinfín de largas retenciones después el cruce de la carretera general para acceder a la de Torre-solí, punto negro de la red viaria insular, dispone desde ayer de una solución transitoria.

No es que la medida anunciada por la Conselleria de Movilidad sea la mejor, ni siquiera la más apropiada como lo prueba la opinión de varios usuarios obligados a consumir kilómetros, tiempo y gasolina, pero sí es una restricción que va a reducir el riesgo permanente de siniestralidad en ese enclave del término municipal de Alaior. Detenerse en el cruce para girar a la izquierda en julio o agosto era un desafío a la integridad física, lo mismo que salir de esa carretera para tomar la dirección hacia Ciutadella.

Noticias relacionadas

La alternativa decidida resulta tan básica como difícil es comprender por qué no se ha aplicado hasta ahora a pesar de la extrema peligrosidad que encierra este cruce.
Si ha sido imposible arbitrar otra solución definitiva durante tantos años -como podía ser un carril central o una rotonda- cuesta justificar la demora en aplicar este parche justo en el mes de febrero, cuando el tráfico es menor.

Los conductores están obligados a recorrer entre 2 y 4 kilómetros más para cambiar el sentido en el cruce de la carretera de Es Migjorn si pretenden tomar la de Torre-solí, o bien, ir hasta Alaior para dar la vuelta si quieren dirigirse hacia el poniente insular. Nada a lo que no estén acostumbrados quienes se saltan los desvíos en las autovías de la península y quedan obligados a recorrer 20 o 30 kilómetros más hasta poder hacerlo en el siguiente. Pero esto es Menorca y la ‘general’ no es ninguna autopista sino una carretera obsoleta que requiere una remodelación con urgencia también en ese tramo para conseguir la seguridad sin que suponga un agravio para los usuarios.