Buenas queridos lectores, empecemos con un contundente «No a la guerra», y sigamos mostrando nuestra solidaridad con todos los inocentes que la están sufriendo. Solidaridad que sirve para lo mismo que mandarles un arcoíris por Twiter a los millones de refugiados, o colgar en Instagram la foto de un amanecer para que la vean los familiares de las víctimas, es decir, que sentado cómodamente en mi ordenador mí muestra de solidaridad sirve para una mierda. Y quiero que quede bien clarito, porque si la muestro públicamente es para que se sepa que no soy un tarado insensible, pero tampoco quiero caer en el patético postureo de los que buscan que les hagan casito en las redes a base de mostrarse los más indignados, los más sufridores, los más implicados, los más de lo que sea, pero los más.
DICHO LO ANTERIOR, les juro que el hecho de que se hable de una posible tercera guerra mundial era una pantalla de este juego que es la vida, a veces cruel otras gratificante, que ya habíamos pasado, pues mira tú que no, que no hemos acabado de salir de una puñetera pandemia para meternos en un embolado que absolutamente nadie sabe cómo va a acabar. Yo por si acaso me guardo de hacer un pronóstico, y me abstengo de hacerlo basándome en el hecho de que soy un auténtico patán previendo el futuro, les pongo unos cuantos ejemplos en el siguiente párrafo.
Pensé que nunca le aplicarían un 155 a Cataluña, que los políticos catalanes tensarían la cuerda pero sin romperla y que el gobierno español tenía líneas rojas que no cruzaría nunca, pues ya ves, me equivoqué más que Pablo Casado pensando que los gerifaltes de su partido le perdonarían que se chivara de que sus compis roban. También pensé, hace un par de años, que eran unos alarmistas los que hablaban de una pandemia por un nuevo virus venido de China, y que sería otra historia de «ni chicha ni limoná» como la de la gripe aviar, pues ya ves tú, otra vez, millones de muertos después sigo con la misma cara de lechuguino que tiene el ciudadano que haya pensado, ni por un momento, que al rey cazaelefantes le iban a sentar en un banquillo. Y por seguir cagándola, también pensé que este país había aprendido algo de sus malditos cuarenta años de cruel dictadura, y no tendríamos, como algunos países de Europa, partidos políticos fuertes xenófobos, homófobo, clasistas, misóginos, y con un tufo antidemocrático y dictatorial que echa para atrás, pues mira que me lucí, he hecho más el ridículo que Putin dando una charla sobre democracia y pacifismo, que Ferreras e Inda dando una conferencia de ética periodística, que Paquirrín dando clases de lenguaje musical, que Fran Rivera hablando de feminismo, o que Toni Cantó hablando de cualquier cosa.
LA CIENCIA más popular que vive de hacer pronósticos de futuro es la meteorología, y es tan grande la cantidad de variables que manejan que es normal que la caguen de vez en cuanto, y aún sabiendo eso, mira la caña que les da mucha gente a los pobres meteorólogos. Resumiendo, no tengo ni pajolera idea de lo que pasará, así que lo mejor, supongo, será disfrutar de la compañía de los amigos y de la familia, abrir unas cervezas bien fresquitas, degustar un buen perol, darse un paseo por los increíbles rincones que tiene nuestra Menorca, cagarnos en todos los que dedican su vida a joder a otros seres humanos, por eso de desahogarnos, y a partir de ahí, el destino dirá y el lúpulo confirmará. De momento, y a pesar de los pesares, que tengan ustedes un feliz jueves.
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