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Menuda racha llevamos, colega. Pandemia, incendios, terremotos, guerras, inundaciones, tormentas del desierto, inflación… Estamos a una invasión alienígena y un apocalipsis zombie de pasarnos el videojuego enterito y en modo Experto. Dicen que el monstruo final, que solo te sale cuando te acabas el juego, es resistir aguantando el último disco de Leticia Sabater. ¡Menuda grima!

No hace tanto, decían de nosotros que éramos la generación mejor preparada de la historia, que nos habían educado para comernos el mundo y no sé qué milongas más como si se esperase de nosotros que hiciésemos algo espectacular. Tendremos suerte, a este paso, si no es el mundo el que nos come a nosotros, y cuidado que no tengamos que conformarnos en pasar desapercibidos, molestando y ensuciando lo menos posible.

Ahora que hemos pasado la tormenta de arena creo que es un buen momento para que tengamos una amenaza espacial o bien en forma de vida extraterrestre, o bien en formato asteroide apocalíptico para el que nos cruzamos en su camino.

¿No te pasa a ti, amigo lector? ¿No te entran unas ganas de ver qué será lo siguiente, mientras vamos superando pantallas? Me lo pongo a pensar y no sé qué me pone más bruto, si la posibilidad de ver como un pedazo de roca gigante impacta contra la tierra, tratar de sobrevivir a una pandemia de zombies, que los dinosaurios resuciten en un experimento descontrolado y recuperen su reinado sobre la tierra o que al líder político idiota de turno le dé por activar una guerra nuclear. Perdón, nucelar.

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Lo malo del 2020 y del 2021 es que nos han dejado las expectativas muy altas para este 2022 que, en un abrir y cerrar de ojos ya ha consumido casi un cuarto de su vida.

Yo solo pido que, si llega la extinción final, no llegue en viernes y nos deje sin fin de semana, ni en jueves que todo el mundo sabe en realidad es un ‘casiviernes’. A mí, el apocalipsis, me vendría de lujo un lunes, para ahorrarme el gimnasio y algunas reuniones de trabajo, o el martes, que es un día raro que no sabes muy bien para qué funciona.

Estaría bien tener un poco de previsión, lo digo para organizarnos mínimamente ya que si nos tenemos que ir al carajo inevitablemente a lo mejor nos quedamos a medias en lo de mandar a tomar por saco a quien se lo merece. Que luego nos pilla el apocalipsis con todo manga por hombro y, como se ha puesto tan de moda ahora con cualquier cosa, le echamos la culpa a la «ultraderecha».

dgelabertpetrus@gmail.com