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El argumentario es la biblia de los políticos. Consiste en que «desde arriba» se dictan los argumentos sobre determinado tema y «desde abajo» se difunden y se repiten, nunca se cuestionan. Estos ríos no son subterráneos, sino evidentes.

Dos ejemplos sobre el PSOE. Sus ministros han salido en tromba para asegurar que la ultra derecha está detrás de las protestas de la Plataforma de transportistas. Y, el segundo y más importante, se promociona la peregrinación de Pedro Sánchez por Europa para convencer a los socios de que el coste del gas no puede ser el referente principal para calcular el precio de la electricidad. Esta especie de acción quijotesca podría haberse emprendido hace meses. Ahora se plantea como un argumento nuevo, que parecía no existir durante la escala prebélica de la factura eléctrica. Yse obvía las consecuencias que puede tener para los planes de descarbonización.

El PP de Feijóo ha aparcado el argumentario para criticar el reparto de los fondos europeos, que impulsó Casado, y se centra en la reivindicación de la bajada de impuestos. El PSOE ha anunciado que esta revisión se producirá en el Consejo de Ministros del día 29 pero la oposición quiere atribuirse el mérito de la victoria, primero con la reivindicación, com mociones en todos los ayuntamientos de España, para después considerar que la rebaja es insuficiente.

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