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Si digo «lluvia de ideas» puede que la gente piense: «¡Qué lluvia más rara!». Si digo Brainstorm, puede que se queden en blanco. Hace años aprendí que era lo mismo. Fue cuando en el instituto me recomendaron hacer un cursillo para aprender a redactar, después de haber publicado decenas de libros. El profesor dijo, vamos a hacer una Brainstorm, escribid todo lo que se os venga a la cabeza durante cinco minutos, luego lo ordenaremos y empezaremos a escribir. Se me pasó por la cabeza poner «ignorante», pero me contuve. Brainstorm significa literalmente «cerebro tormenta», pero no se traduce como «tormenta cerebral» ni tampoco como ictus. Mucha gente va diciendo estas palabritas porque quedan bien, y a lo mejor no saben ni siquiera lo que significan. Está de moda decir meeting, pin, gay, lunch, casting, poster, business, Tupper-ware, aerobic, bacon, hall, handicap, plum-cake, feeling, ticket, compact, sandwich, pub, rappel, rafting, camping, Kleenex, panties, slip, after shave, footing, master, parking, marketing, self-service, vip, Walkman, stand, yuppie, baby-sitter, nanny, public relations, assistant, mailing, training, top-model, yogurt light, body fitness, cocktail, bitter, roast-beef, magazine, show, heavy, reality, spot, zapping, stress o topless. Está tan de moda que no nos damos cuenta de que algunos de estos apelativos resultan muy vulgares una vez traducidos. Fíjense si no, en cocktail (cola de gallo), heavy (pesado), walkman (hombre camina) o baby-sitter (sentador de niños). Pero sí, no es nada nuevo: las modas afectan a los nombres. A mí me pusieron Pablo Ignacio Faner Coll del Sagrado Corazón de Jesús y de María y me he quedado en Pau Faner. Incluso cuando me dieron el Nadal la locutora dijo Pau Farnés. A mi padre le ponían Dorotes Farrer en los recibos de la luz. (Se llamaba Doroteo Faner). Yo tuve un alumno sudamericano que se llamaba Darwin. Le dije a ver si sabía quién era Darwin y me dijo: «El hijoputa ese». No era muy buen alumno, claro. He visto que otro se llamaba Shakespeare Mozart Armstrong. (No le pusieron Agitador de Lanza Brazo Fuerte, pero es lo que significa). Otro se llamaba Jesucristo Hitler Paracelso Zeppelin. Pobrecito. Si se trata de perros los nombres también pueden ser raros: Maya. Coco, Molly, Nala, Rocky, Milo, Zeus, Thor, Bimba, Noa, Bailey, Tucker, Harley, etc. Por supuesto sería mejor lo que hacía mi suegro, ponerles nombres de políticos, Feijóo, Rufián, Cuca, Trump… El que lo tendría peor sería Putin.