TW

Marina Ovsiannikova. Ese es el nombre de la periodista que protestó en directo, contra la guerra en Ucrania, durante la emisión del informativo en una cadena pública de televisión rusa. Exhibió un cartel en el que se podía leer entre otras frases «no crean en la propaganda» y «aquí les están mintiendo», pero por encima de todas las cosas lo que mostró fueron unas agallas que tienen mi máxima admiración. Es fácil el eslogan de ‘no a la guerra’ desde el sofá, el bar, o con un lacito en la solapa lejos de la opresión, pero hacerlo actualmente en la Federación Rusa de Putin es un ejemplo de valentía. Ahora mismo no sabemos bien lo que sucede en ese país, la información sesgada corre en paralelo a la guerra, el lenguaje manipula la realidad, lo que aquí es una invasión para miles de rusos es una operación militar, del mismo modo que hace años algunas agencias de noticias internacionales se referían al terrorismo en España como guerrilla. Lo que nos llega a los países occidentales es que por ahora ha habido detenciones de más de quince mil ciudadanos rusos que han participado en protestas contra la guerra en Ucrania, desde que se desató el pasado 24 de febrero. Es un dato de la organización OVD-Info, dedicada a denunciar la persecución política y de derechos en Rusia, y que realiza listas diarias de personas que son detenidas o encausadas por hacer uso de la libertad de expresión. ¿Hasta qué punto los ciudadanos rusos están ‘zombificados’ por la propaganda como denunció Ovsiannikova con su protesta televisada? ¿Qué opinan los jóvenes para quienes la URSS, cuya bandera se ha visto en alguno de los tanques que asolan Ucrania, es una sombra del pasado? ¿Alguien les pide si quieren regresar a él? ¿Resistirán, apáticos, el aislamiento? Visto que la OTAN rechaza una implicación directa en el conflicto, debido al riesgo real de una destrucción mayor, total, la respuesta de esas generaciones es fundamental para socavar, desde dentro, el apoyo a Putin.