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Mis placeres de los fines de semana son simples. Se reducen a ducharme acompañado de música de rock and roll, siempre, y a tomarme un descafeinado sin prisas mientras, después, ojeo la prensa digital. Y ahí lo que nunca falla es la lectura en Voz Populi de las siempre interesantes (y bien escritas) ‘Sabatinas Intempestivas’ de Gregorio Morán, ese escritor de izquierdas que fue expulsado de La Vanguardia hace un par de años por no querer capar sus denuncias sobre el latrocinio del patriotismo de chequera, eso que tanto molesta a los estómagos agradecidos. Pero criticar la incompetencia, la obcecación y el despilfarro mafioso es un deber cívico y una asignatura pendiente para cualquier ciudadano que aspire a la igualdad y a la justicia social.

Los domingos también leo a Arcadi, mi definitivo preferido, y a Jesús Cacho y por supuesto entro en «El Debate» y me descojono con Alfonso Ussía, un articulista imprescindible para el equilibrio vital de un súbdito del sanchismo. En la versión de papel de «Es Diari» leo siempre, los sábados,    al abuelo de Inés, y los domingos a Alejandro Rio y a los que deciden pero acostumbro evitar a los césares pontificadores crecidos sobre sí mismos.

Leer nuestra prensa local es un pozo de sorpresas continuadas. Creo que se mantiene en el mercado por eso mismo: por ser sorprendente. E interesante. Admito que intenta ser un crisol de pensamientos diferentes aunque uno crea que su base bascula siempre ostensiblemente hacia el mismo costado pero no deja de ser meritorio que subsista en un mundo globalizado donde a los jóvenes les importa un pito la información que no sea la que se construyen ellos mismos en sus redes sociales, esos atriles de la manipulación y de la autoexcusa.

En las mañanas de los fines de semana, a intermitencias, también escucho y aprendo convicción con Luis del Pino en Es Radio, un periodista radicalmente sin complejos y sin resquicios.

Como no tengo el don del excursionismo también puedo disfrutar del placer de comprar la prensa escrita y tirarme un buen rato leyéndola. Creo que la diferencia entre la prensa digital y la escrita es que mientras con la primera uno formaliza una relación a distancia, con la segunda, y mientras acaricias las hojas del periódico, sientes la sensualidad con derecho a roce. No es sino un ligue consentido. A cada página que abres es un constante ‘sí quiero, sí quiero, sí quiero…’, esa absurda obligación y necedad imperiosa de la ‘podemia. Si en el formato impreso puedes ‘magrear’ los artículos (que creo es ya lo único interesante de un periódico en papel de tipo generalista porque las noticias ya nos son convenientemente taladradas cada dos segundos a través de todos los resortes informativos digitales), en la otra, en la digital, solo puedes hacer un ejercicio de imaginación que te conduzca a una pasión turca. Como cuando uno se imagina hacer el amor con la protagonista de una película, esa tía buena siempre tan lejana y tan inaccesible. Y es entonces cuando imagino escuchar a los Rolling Stones versionando «Just my imagination» esa gran canción de The Temptations.

También dedico tiempo a aprender y recordar palabras menorquinas, ahora casi prohibidas por la corrección subvencionada. Auguro que pronto habrá tiendas que se especializarán en vender palabras antiguas como souvenirs del pasado (continuará).

2 Notas:

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1- Hipocresía: ¿A qué viene tanto aspaviento y tanta tontería? La primera obligación de un Estado es defender su integridad. ¿Para qué están los servicios secretos si no es para espiar a los que quieren destruirlo? No hacerlo sería convertirlos en cómplices de los conspiradores. Enhorabuena por tanto a quienes organizan y dirigen estas operaciones de auto defensa. Ten points.

2- Más espías: El organigrama del CNI incluye la plaza de un Juez que es quien autoriza, o no, y siempre por causas razonadas, las operaciones en territorio nacional. ¿Qué más razonado que el ho tornarem a fer? En el extranjero el Centro Nacional de Inteligencia es autónomo para ejecutar cualquier acción / operación    que considere en defensa de nuestros intereses constitucionales.   

3- Trousers: La bajada de pantalones del PSOE menorquín ante el chantaje de los reaccionarios es espectacular. La intervencionista Ley de la Pitosfera, un paso decidido hacía un totalitarismo ecologista, es una excusa para doblegar la iniciativa privada en nuestra isla. Y es que hoy aquel partido socialista de la Transición ha asumido ya todas las premisas del nacionalismo y de la ‘podemíamás retrógrada. So sad, indeed.

4- Acto de Iniciativa x Mahón: Mucha gente, mucho entusiasmo y muchas esperanzas. No todo está dicho en el tema del topónimo de Mahón. Finalmente decidirán los Tribunales. Se hubiese podido evitar pero así lo han querido quienes se niegan a escuchar al sentido común.

5- Los clásicos ‘expertos’ menorquines, siempre colonialistas de cabecera, van a experimentar la levitación negativa cuando la Ley pitosférica sea podada y reducida a escombros por ser anticonstitucional y antiestatutaria a pesar de las torcidas interpretaciones con las que nos pretenden colonizar. Un querer y no poder ser. Menorca no es autónoma ni independiente. Solo es una pequeña isla, muy poca habitada, que forma parte de una Comunidad autónoma de un estado democrático cuya Constitución delega en sus autonomías algunas competencias que impiden hacer lo que algunos quisieran hacer. A ver cuando lo entenderán los ‘todólogos’.   

6- Esquizofrenia: Lospodemitasse pasan todo el santo día aullando contra lo que hace el Gobierno del que forman parte. C’est vraiment incroyable ça. Rasgarse las vestiduras por las traiciones a los saharauis, oponerse a entregar armas a Ucrania, escandalizarse por los espías constitucionales, etc. es una hipocresía supina cuando tú mismo eres parte del Gobierno que lo hace… y no lo evitas. O no te vas.

7- Francia: Ha sucedido lo previsible. Ahora quizás suceda lo imprevisto.

8- Las opiniones expresadas en «Crítica es libertad» son exclusivamente personales y no comprometen a colectivos de los que pudiera formar parte el autor.