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Antoni Salas, alcalde de Costitx y presidente de la Federació d’Entitats de les Illes Balears, manifiesta que «nos encontramos entre la espada y la pared». Porque la decisión de celebrar en Balears la segunda fiesta de Navidad el próximo año está en manos de los ayuntamientos.

El Consell de Govern acaba de aprobar el calendario de festivos para el 2023, y el 26 de diciembre no aparece en la relación. Las administraciones municipales pueden designar la ‘segona festa de Nadal’, que cuenta con una arraigada tradición en Menorca al formar parte del ciclo anual de Navidad.

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El Govern marca en rojo dos festivos en el calendario. Los dos que ha elegido son el 1 de marzo, Dia de les Illes Balears, y el ‘dilluns de Pasqua’, otra clásica ‘segunda fiesta’ menorquina.
Proclama el Govern que no tiene opción para escoger una tercera fiesta, porque los diez festivos estatales que ha señalado el Gobierno coinciden con días laborales, y en este caso los gobiernos autonómicos carecen de capacidad para sustituirlos o desplazarlos a otra jornada.

La pelota está ahora sobre el tejado de los ayuntamientos porque el Gobierno no ha tenido en cuenta la ‘segona festa de Nadal’ y el Govern no la ha incluido en el calendario de festivos. Palma confirma la declaración del 26 de diciembre como fiesta local junto con la festividad del patrón, San Sebastián. En los últimos años había sido el 24 de junio, Sant Joan, y al caer en sábado el próximo año facilita la decisión del consistorio palmesano. El Estado se declara aconfesional, pero las grandes celebraciones con arraigo son de raiz y tradición católica. Y en Menorca las queremos seguir celebrando todas.

Nuestros ocho alcaldes, que se reúnen hoy en Alaior, tienen que hallar la solución para la ‘segona festa de Nadal del 2023’. Ya tienen en cuenta que la gran mayoría de funcionarios no van a trabajar este día por el largo ciclo festivo de Navidad y fin de año en el que combinan las vacaciones con días canosos y moscosos.