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Las desigualdades económicas dentro de las sociedades que llamamos desarrolladas y democráticas    es una de nuestras mayores vergüenzas. A pesar de la riqueza que se ha acumulado dentro de estas sociedades, existe una fracción de la población que nada tiene, en algunos casos siquiera para comer. Esta desigualdad en vez de decrecer con el tiempo, aumenta. Ya hemos visto como la pandemia ha servido para enriquecer a los más ricos y empobrecer a los más pobres.

En Estados Unidos, el país probablemente más rico del mundo, vemos esa desigualdad en muchos aspectos de la vida. Una de las áreas en que se refleja esa desigualdad es si miramos a la esperanza de vida. En los países europeos occidentales la esperanza de vida está alrededor de los 82 años, en cambio en Estados Unidos es de unos 78 años. Esa diferencia se debe que una parte de la población de Estados Unidos tiene una esperanza de vida muy baja, al nivel de los países no desarrollados.

Por otra parte, si miramos el gasto medio por persona en salud, en Estados Unidos es el doble que el de los países europeos. Eso es debido a la falta de una Seguridad Social y que todo lo relacionado con la medicina es privado, entonces los costes son muy altos y una parte significativa de la población no puede pagarlos. Es esa parte de la población que tiene la esperanza de vida muy baja y hace que el promedio sea bajo.

Esta desigualdad se defiende bajo la bandera de la Libertad. Lo importante es la empresa privada, no se quiere poner en marcha ninguna forma de medicina social y eso es Libertad. Algo mejoró la situación con Obama que impuso la obligación de las compañías de seguros médicos a aceptar a todos los que aplicaran sin poder rechazar a quienes tuvieran condiciones previas. Pero aun así, los costes de estos seguros médicos son muy altos y muchas familias no pueden pagarlos.

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Lo curioso es que sectores conservadores que se denominan cristianos defienden esta estructura social. Basándose en la Biblia, defienden el que exista esta desigualdad. Estos llamados cristianos citan    a Job 34:11 que dice: «Dios le da a cada uno lo que merece; le paga conforme a sus hechos». Por tanto el rico es rico porque se lo merece y el pobre es pobre porque se lo merece. Claro ese proceso de elegir una frase de la Biblia sacada de contexto permite defender cualquier postura en la vida. Por ejemplo si voy a Éxodo 13, 1, Dios le dice a Moisés: «Conságrame todo primogénito. Todos los primogénitos de los hijos de Israel son míos, tanto de hombres como ganado». De aquí puedo concluir que todos los primogénitos humanos deben ser curas, en cuanto a los primogénitos del ganado no sé cómo interpretarlo.

No solo se sacan de contexto esas citas sino que también son poco claras. Cuando se dice que Dios da a cada cual lo que merece ¿se refiere en esta vida o en la otra vida, si es que existe? En algunas traducciones de la Biblia ese versículo de Job aparece como indicando el futuro. En cualquier caso no se puede basar una situación tan compleja y difícil como es la desigualdad en un solo verso bíblico. Pero así se arreglan las cosas cuando conviene.

Pero aun para los más conservadores les resulta molesto el contemplar casos de pobreza extrema. El Gobernador de Tennessee, republicano conservador, ha encontrado una manera de resolver ese problema. Ha propuesto una ley en la que se considera delito el acampar y dormir en lugares públicos, como calles y parques. Así se puede hacer desaparecer a los sin hogar. No se que pensará hacer el gobernador con ellos, pero ya es más que una vergüenza cebarse en las personas sin hogar. Esta propuesta de ley me recuerda la que existía durante la dictadura en España, la ley de vagos y maleantes. Gracias a esta ley no se veían pobres en la calle pidiendo limosna.

La democracia se derrite, la desigualdad económica aumenta. ¿A dónde vamos?