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Mala semana para la democracia en Norte América. Una de las herencias de Trump, el dominio ultra-conservador del Tribunal Supremo, nos ha llevado muchos años atrás en la evolución de la democracia. Primero fue la anulación de la ley del Estado de Nueva York sobre el control de armas y después, la gran bomba, la anulación del veredicto de Roe-vs-Wade que hace 49 años había hecho legal el aborto en Estados Unidos.

De la posibilidad de anular el veredicto de Roe-vs-Wade ya hablé hace seis semanas cuando se filtró a la prensa el borrador preparado por el juez del Supremo Samuel A. Alito sobre los argumentos en contra de la legalidad del aborto. Ya discutí que la lógica argumental de ese borrador, sin entrar en detalles legalistas, no parecía muy adecuada, pero la mayoría ultra-conservadora del Tribunal Supremo la ha aceptado, cosa nada sorprendente.

Yo, en mi inocencia o en mi estupidez, tenía aun esperanzas de que no se llevara a cabo el veredicto contra Roe-vs-Wade. Pensé que se había filtrado el borrador para ver la reacción de los ciudadanos y a la vista de ello se reconsideraría todo el proceso. Pero no ha sido así y ahora muchas mujeres, especialmente la que tienen pocos recursos económicos se verán con serios problemas. Es un mazazo a los progresos en igualdad que nuestra sociedad está reclamando.

Los gobiernos en 13 Estados, que estaban esperando este resultado, tienen ya leyes preparadas para ilegalizar el aborto en ellos. El aborto puede transformarse en un delito en estos Estados en cosa de un mes. Son los Estados en rojo en la gráfica adjunta. Como se puede esperar Texas y varios estados del sur, entre ellos Tennessee, encabezan la lista. Luego hay varios Estados que pueden seguir ese modelo, se supone que serán 26 Estados en donde el aborto será ilegal. Los Estados que mantendrán la legalidad del aborto serán los más progresistas que como de costumbre son los de la costa norte al Este y la costa del pacífico en el Oeste.

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En cuanto a la opinión pública, en encuestas recientes, 54 por ciento de los ciudadanos estaba de acuerdo en mantener la decisión de Roe-vs-Wade y solo un 28 por ciento apoyaba la decisión del presente Tribunal Supremo. Por tanto la decisión no ha sido popular. Al conocerla, Trump ha dicho: «Es la voluntad de dios». Me pregunto, para él ¿quien es dios?

Unos días antes de este salto atrás, el Tribunal Supremo había dado otro anulando una ley del Estado de Nueva York de hace 108 años que limitaba quien podía llevar armas ocultas por la calle. Esto a unas pocas semanas de la matanza de Uvalde que nos horrorizó a todos y que incrementó las peticiones por el control de armas. Esta ley que ha sido anulada tenia el apoyo del 80 por ciento de los ciudadanos de Nueva York. Como siempre, los ultra-conservadores se preocupan mucho por la vida de los fetos, pero cuando el niño ha nacido, su vida ya no importa.

Como se puede esperar, la credibilidad del Tribunal Supremo por parte de los ciudadanos ha bajado mucho, Como igualmente está bajando en España la credibilidad de nuestro Tribunal Supremo. Parece cada vez más que el deterioro de la Democracia está acelerado por las instituciones judiciales.

Entre tanto salto atrás, esta semana ha habido al menos un pasito adelante. En el Congreso de Estados Unidos se ha aprobado una ley, apoyada por miembros de los dos partidos, sobre el control de armas y ayuda a personas con problemas sicológicos. La primera cosa buena es la vuelta a leyes bipartidistas, lo que es fundamental en el desarrollo democrático. La segunda es que es un primer paso en el control de armas. Es un paso pequeño, mucho más se necesita, pero es esencial dar un primer paso para seguir andando.

Mientras damos pasitos para delante y el Supremo da saltos hacia atrás, uno se pregunta a donde vamos. Ya no me sorprendería que un día de estos el Tribunal Supremo vuelva a considerar legal la esclavitud.