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Hay dos tipos de personas ante un mismo problema, las que prefieren dar ayudas y las que prefieren aportar soluciones. Puede parecer una tontería, pero, si prestas atención, no lo es tanto y creo que entenderás mucho y bien por dónde voy y hasta dónde quiero llegar.

Te lo diré de otra forma: No es lo mismo dar comida a quiéen la necesita para que no pase hambre hoy, que enseñarle a plantar, a cazar o a pescar, para que no pase hambre nunca más. Sobre todo, porque hay otros dos tipos de persona ante ese mismo problema, los que viven encantados de recibir la ayuda, sin preocuparse siquiera en solucionar la necesidad que volverá a llamar a su puerta al día siguiente, y el que preferiría ser capaz de solucionar sus contratiempos por sí solo.

Del mismo modo que hay gente encantada de que le solucionen puntualmente los problemas en lugar de que les den las herramientas y conocimientos para aprender a solucionarlos por sí solas, hay otros individuos que viven encantados con la dependencia que genera su gestión de los problemas para con las personas que no saben o no quieren arreglárselas. Esa dependencia les otorga una sensación de poder adictiva para centrarse en repartir las ayudas y olvidarse de aportar las soluciones.

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Y yo te pregunto, ¿qué tipo de personas quieres que haya más? ¿Las que se resignan y esperan o las que luchan y consiguen? El mensaje que nos golpea a los jóvenes hoy en día dice algo así como que nos lo merecemos todo sin ofrecer nada a cambio, como por ejemplo con un aprobado en una asignatura, o en todo el ciclo académico. O tener el último móvil que ha salido al mercado, sin ser capaces de trabajar.

Hay quien piensa que una ayuda soluciona el problema cuando en realidad, en muchos casos, hace que el problema crezca, pero como eso es un marrón del futuro para el que venga, parece que no importa tanto.

En esas, la sensación que te queda es que al que prefiere ayudar a solucionar le interesa que seas sumiso, débil y dependiente. Y un poquito vago. Porque ese es el perfil de alguien al que se puede manipular sin problemas. Por ejemplo con un cheque regalo para que se lo gaste en videojuegos, a menos de un año para las siguientes elecciones.

dgelabertpetrus@gmail.com