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Una de las misiones de los gobiernos es el estar preparados para las crisis que puedan aparecer. Claro que nunca pueden estar preparados para todas las posibles crisis ya que no todas se pueden predecir, pero sí hay algunas que sabemos que van a suceder.

Un ejemplo es el aumento de fuerza de las tormentas debido al cambio climático. Nevadas son posibles cada invierno en muchos lugares y sabemos que estás nevadas van a ser cada vez más fuertes. En Oak Ridge el Ayuntamiento cada año tiene almacenadas una gran cantidad de sal que ponen en las calles cada vez que se espera una nevada. No siempre aciertan, pero hacen lo mejor que se puede. Este año cuando la tormenta Filomena llego a Madrid, nada había preparado, Madrid se quedó paralizada debido a la nevada y muy poco hizo el Ayuntamiento para salir de la crisis que esto ocasionó. Claro que el Sr. Almeida culpó a los meteorólogos de no haberle dicho que la tormenta sería tan fuerte. Excusa que también dio la Sra. Aguirre cuando hubo otra nevada fuerte ya hace unos años en Madrid.

También, debido al cambio climático, las olas de calor en España han sido mucho más frecuentes este año de lo que era habitual. Eso ha tenido como consecuencia un aumento importante en los incendios forestales. En Castilla y León estos incendios han sido particularmente intensos causando mucho daño. A pesar de que cada año hay incendios forestales, realmente no había recursos preparados para hacer frente a la situación. Los mismos bomberos forestales han hecho varias protestas públicas por esas deficiencias que limitan su capacidad de actuar y ponen en peligro sus vidas.

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El vicepresidente de la Comunidad de Castilla y León ha culpado a los ecologistas de esos fuegos, interesante argumento. El presidente de la Comunidad ha usado la misma excusa de Feijóo en Galicia, o sea que los incendios son provocados por «grupos organizados.» Todo menos aceptar la responsabilidad que tiene el gobierno de la Comunidad. De hecho ahora sabemos que solo 3 de los 17 incendios fueron provocados y esos tres casos no parece que fueran intencionales.

Esa actitud negativista de los políticos sobre el cambio climático nos lleva a una falta total de preparación para las crisis meteorológicas que van a venir. Creo que esté año lo que está pasando con tormentas y olas de calor confirma claramente ese cambio del clima. Tenemos que prepararnos seriamente para evitar ese aumento de crisis asociadas al cambio de clima y a la vez estar preparados para las que van a venir. Pero eso no gusta a muchos políticos. La Sra. Ayuso,  por ejemplo, negando que haya cambio climático, ha dicho que esas olas de calor ya tenían lugar en tiempo de los romanos, «por eso por romanos construyeron los acueductos». Según ella desde el tiempo de los romanos estamos ya preparados para las olas de calor. Estupideces muchas, argumentos muy pocos.

En estas últimas semanas hemos tenido en las noticias una que mostraba que en algunos casos sí nos preparamos para posibles problemas graves con muy poca probabilidad de que ocurran. Es el caso del llamado del «test de cambio doble de dirección» o DART. Este proyecto de la Nasa consiste en disparar una nave espacial que colisione con un asteroide, le cambie su dirección de movimiento, y así evite una posible colisión con la Tierra. La prueba se ha hecho con el asteroide Dimorphos, que no era problema para los habitantes de la Tierra, para ver si funcionaba bien el plan. La colision de la aeronave con el asteroide ya ha tenido lugar de forma satisfactoria y ahora estamos a la espera de saber si hubo el cambio planeado en su dirección. Al menos vemos que sí hay planes para algunos problemas serios aunque sean poco probables.

Viendo esta falta de preparación para enfrentarse a las crisis que tienen muchos políticos,    mi pregunta es si esta falta de preparación frente a las crisis no refleja su falta de preparación para gobernar.