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La tramitación del expediente sobre el cambio del topónimo oficial de Mahón se caracterizó por mostrar diversas arbitrariedades, manipulaciones e inexactitudes que, en buena medida, fueron las que determinaron el resultado deseado por quienes lo iniciaron pero que cuestionan la honestidad de su contenido. Veamos unas pocas muestras de esas arbitrariedades.

1- El dosier original del ayuntamiento de Mahón ya incluye varias sorpresas debido a que algunos de los documentos adjuntos no se ciñen al tema del topónimo sino que tratan    exclusivamente de la lengua catalana actual pero no de la historia y tradición de los topónimos de nuestra ciudad.

2- El citado dosier también distorsiona y manipula la verdad cuando asegura que la cartografía histórica respalda el nombre de Maó de forma mayoritaria cuando la verdad es que ese topónimo solo aparece en un mínimo de planos y cartografías ya que el que abrumadoramente se usa a lo largo de los siglos es el histórico Mahó. No hay más que ver y consultar a los profesionales cartográficos y las más conocidas colecciones de mapas y planos para comprobarlo (Un simple ejemplo: recientemente, y revelado por Juan Hernández Andreu, se ha sabido de 301 cartas de mercaderes de la Isla escritas entre 1395 y1411 conservadas en el Archivo Datini de Florencia). Los pocos que escribieron Maó fueron los iletrados que transcribieron el nombre simplemente como lo pronunciaban. La cartografía que usa Mahó ahoga en número y en verdad a la mínima que utilizó Maó.

3- Haber aprobado el Consell Insular un expediente tan importante en una reunión que presidió ocasionalmente el furibundo nacionalista Sr. Miquel María, en ausencia puntual de su presidenta la señora Mora, y hacerlo casi con nocturnidad y alevosía, sin anunciarlo públicamente ni querer hacerlo en un Pleno público para que los ciudadanos pudieran asistir al mismo, es otra arbitrariedad y un evidente intento de ocultar dicha aprobación al pueblo mahonés. Otra forma de obstrucción es el poco tiempo de que se dispuso después para alegar ante el acuerdo del Consell Insular lo que impidió que solo se presentaran 3 alegaciones de las muchas que se estaban tramitando. Fueron esas tres las que dieron pie a poder presentar posteriormente la demanda ante el Tribunal de lo Contencioso.

4 - Otra arbitrariedad no casual queda bien expresada en la carta-respuesta de la Real Academia de la Historia de España (RAHE) de fecha 29 de noviembre 2021 al Consell Insular. Ese escrito respondía a otro escrito del CIM a la RAHE sobre «el inicio del cambio de denominación toponímica del municipio topónimo y de la ciudad de Maó» con registro de salida de fecha 1 de septiembre de 2021.

En dicha respuesta al Consell Insular la RAHE afirma: «Que la petición de referencia fue enviada y llegó en fechas en las que la academia se encuentra en período de descanso, durante el cual no se reúne el pleno de académicos, como sucede semanalmente durante el curso académico que va de octubre a junio». Continúa «Que siguiendo el protocolo la RAHE… el plazo de 10 días que de forma perentoria, y al parecer preclusiva, nos indica el Consell Insular de Menorca en su escrito, es en la práctica de imposible realización, de manera que la propia solicitud conlleva la imposibilidad de su realización, con las consecuencias que esto pudiera acarrear en la tramitación del asunto».

Después de detallar el procedimiento académico que se sigue normalmente para dictaminar resoluciones la Real Academia de la Historia resume que «el plazo de diez días es notoriamente insuficiente dada la importancia del asunto y la abundante documentación a consultar, como sabe mejor que nadie la entidad peticionaria».

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Y acaba afirmando: «Que en todo caso no hubo reclamación alguna del informe por parte del Consell insular sobre la marcha del asunto o sobre las razones de nuestro silencio, como es práctica habitual cuando, por la razón que fuere, se produce retraso en la tramitación, lo que indica claramente la falta de interés en la opinión de esta Real Academia por parte de la entidad peticionaria».

Son unos pocos ejemplos de las arbitrariedades cometidas por quienes condujeron el cambio del topónimo bajo exclusivas intenciones políticas. Desde Iniciativa por Mahón quedamos a la espera de que la Justicia dicte sentencia a nuestro favor    y delate y contradiga tanta arbitrariedad.

Notas:

1- Memoria histórica: El falsamente idealizado Joan Fuster fue falangista de carnet y aprendiz de Dionisio Ridruejo, Jefe de la Propaganda franquista en Barcelona. Un giracasaques.

2- ¡Aleluya, aleluya! Al fin hay nueva unidad canina en el aeropuerto. Haurem de dur un ciri a Gràcia.

3- Un recuerdo muy sentido para el amigo Pedro Orfila. Tantos años de viajes a ferias, tanti piacere por los buenos ratos pasados juntos. Una buena persona que siempre intentó ayudar en lo posible a los más desfavorecidos. Un beso, Carmen.

4- Iniciativa por Mahón llenará de nuevo su acto del próximo 26 de noviembre en el Hotel Agamenón.