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La semana pasada decíamos que ya se están urdiendo dos nuevos chanchullos que inevitablemente servirán para agradecer estómagos varios y repartir compensaciones por servicios prestados. Ya explicamos que el primero era la entelequia esa de la Reserva de la Nueva Indiana Mediterránea, el nuevo corsé que aprisionará y ahogará administrativamente a nuestra Isla. La segunda será una especie de Ordenación Integral del Ocio Isleño (Oi-Oi), otra maravilla.

Veamos; resulta que el otro día (de pagés) uno de los pilares izquierdistas más izquierdista de todos los izquierdistas de la Isla preconizaba la necesidad de crear un nuevo y brillante garito: un Observatorio Público específico para controlar los espectáculos que se celebran en verano en nuestra Isla. Al parecer incomoda que cada día pueda haber varias opciones de ocio. El pretendido fin, beneficioso según ellos, sería evitar que coincidieran actos similares en un mismo día. Pero resulta que tal propósito es curiosamente una intromisión intolerable en la libertad de empresa. El promotor de esa propuesta liberticida abogaba por la creación de una especie de centro emisor/expendedor de permisos que censurara o permitiera organizar, o no, conciertos, festivales de música, exposiciones, cantos regionales, etc. según voluntades particulares.  Es decir, un ser privado o entidad determinada no podría organizar un acto cuando lo quisiera sino cuando lo decidiera el Oi-Oi, ese nuevo centro de Operaciones de Ingeniería ociosa bajo mando político. Feliz como una perdiz, el defensor de la idea venía a proponer la implantación de un ‘Big Brother’ del Ocio que, efectivamente, controlara la iniciativa privada en la Isla. Un soviet de la cultura. Y naturalmente que con dependencia económica de la administración.

Pues bien, ya vemos como esos iliberales ya no quieren solo dirigir la economía, la vida particular de las personas y la cultura en y de Menorca sino que ahora también quieren manosear su ocio y diversión.

La izquierda nunca ha entendido el valor del amor por el riesgo privado y por la sana competencia. Los particulares no se juegan dinero público sino que únicamente arriesgan sus propios recursos. Querer controlar y ‘dar permiso’ es una intromisión en la libertad personal de un promotor. Ya se lo pueden imaginar: «Con la venia y el permiso de nuestra Autoridad competente hemos decidido de forma benévola y puntual concederle a Ud. autorización para que organice su acto/concierto el día tal a la hora cual»…«Dicho acto deberá de contar con las siguientes obligatoriedades y restricciones... (y sigue una lista de veintidós páginas)... «Condición imprescindible será que el perceptor de tal favor político-administrativo estará, después, obligado a pronunciar las palabras: ¡Gracias, Bwana!» Al tiempo deberá doblarse sobre sus cervicales y aplaudir ruidosamente con las orejas. Ese ajetreo de orejas le sumará puntos para implorar un próximo permiso del Oi-Oi».

Seriamente, eso es una aberración liberticida contra la libertad de un promotor de querer organizar lo que le pete, como le pete y cuando le pete siguiendo unas mínimas normas de seguridad, organización, etc. Y siempre bajo su riesgo económico. Aunque se pueda arruinar. Será su opción. Porque, sépanlo los liberticidas, Occidente es eso: libertad de iniciativa. Y competencia económica.

La obsesión por regular y secuestrar la vida ajena es un denominador común en buena parte de la izquierda más radical. Impedir la iniciativa privada y normativizarla forzosamente es una querencia al parecer irrefrenable para esos que no conciben que antes del estado está el individuo. Una ciudadanía culta y liberal no necesita sufrir ni custodias ni tutelas políticas.

Menorca se halla hoy en una encrucijada vital: o controla la dependencia de la administración o la Isla se convertirá en una reserva apache en la que la iniciativa privada estará mediatizada por la administración hasta un punto insoportable. Las próximas elecciones locales de mayo serán decisivas para conocer el futuro inmediato de nuestra Isla. La disyuntiva es clara para la Isla: o vivir y practicar la libertad individual o sufrir la  bota del corsé  bolivarista/peronista clientelar e intervencionista de estilo sudamericano. Quiera Dios que no repitamos los mismos errores que venimos cometiendo desde hace ya ocho años. Amén.

Notas:

1- Elecciones en mayo 23: La cacería de la compra de votos ya ha comenzado. Y ya se paga cualquier precio. Sin disimulo. Se comenta que el sanchismo pronto ofrecerá pizzas gratis para todos hasta el 28 de mayo.     

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2- El sanchismo perjudica a todos eliminando los descuentos en la gasolina para dar cacahuetes a unos pocos. Mientras el sindicalismo más radical seguirá con sus mariscadas. Los Iglesias también se sumarán al ágape.

3- Elecciones de mayo: la manipulación de las encuestas ya está a la orden del día.

4- Me alegra saber que García Page está de acuerdo: «No es ser de izquierdas apoyar privilegios territoriales que se traducen en desigualdades».

5- ¿Y cuándo devolverá la P-SOE los 700 millones latrocinados por los ERE?

6- El Govern balear y el nacional untan constantemente a la Obra Cultural Balear, esa entidad separatista con dinero público. Recientemente otra donación impúdica de 200.000 euros más. Y seguirán. Mientras, las entidades constitucionalistas ‘Plis Educació’ o ’Hablamos español’ no reciben ni un puñetero céntimo de euro. So sad.

7- Iniciativa por Mahón se entrevistará con sectores económicos. Mahón es una marca.

8- Un Rey Mago en Mahón habló castellano y un poco más y les da un patatús. Venga, una tasseta de tila!

9- Pero ¡qué ridículos y pesados sois con lo de la Diada esa! Jesús.

10 ¡Visca sa Menorca menorquina! ¡Visca Sant Antoni!