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Venga, que no pasa nada queridos lectores, que no ha sido la primera vez y tampoco será la última, llevamos apenas dos semanas del nuevo año y seguro que ya hemos incumplido muchos de los propósitos que nos habíamos planteado. Más de uno habrá que se haya encendido un cigarrito cuando se juró que no volvería a tocar la nicotina, más de dos se habrán comido un donut cuando se prometieron muy fuerte que iban a bajar peso, más de tres habrán vuelto de su primer día de gimnasio renegando de la experiencia porque huele mucho a sudor y está llenito de gente que usa más el espejo que las mancuerdas. Cuánto daño ha hecho la puñetera Nike y otras marcas deportivas con su famoso eslogan de pensamiento naif: «impossible is nothing», y un mojón.

Lo dicho, no pasa nada, pero creo que debemos aprender cuanto antes a manejar las expectativas, ya sabemos que cuando no se espera nada de la vida esta no te puede defraudar, y cuando la gente no espera nada de ti, a poquito que hagas te lo reconocerán como un gran logro. Cuando no esperas nada, todo está por llegar, todo sorprende, todo llena, todo se disfruta… vale, puede que sea un truco psicológico de mierda, pero funciona perfectamente, «baja tus expectativas y gózalo», me voy a forrar haciendo tazas y camisetas con esta frase.

Mira tú los pobres monárquicos, que esperaban que el rey dijera que la pandemia ha dejado claro que hay que invertir más en sanidad pública e investigación y en cambio ha dicho que hay que invertir más en armamento, menuda decepción, ellos que se pensaban que este sí que sí que iba a ser el primer Borbón «preparao» y buena gente y mírale siguiendo la estela de toda su estirpe, está claro, on no n'hi ha, no en cerquis (donde no hay, no busques).

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Mira tú los pobres simpatizantes de los neofachas esperando que sus líderes arreglaran todos sus problemas en cuanto llegaran al gobierno, por dios, por la patria y esas cositas, y en cuanto tocan poder roban con ansia viva, se ponen sueldos de infarto para gestionar la nada, se siguen llevando el dinero a paraísos fiscales, vomitan en cuanto un pobre les roza el traje italiano y la lían parda, ultraviolencia mediante, si la gente vota a otros, quién lo iba a decir verdad, que los explotadores y señoritos de siempre fueran a comportarse como los explotadores y los señoritos de siempre, «qué chorprecha».

Ya sabemos que no se pueden pedir peras al olmo, que no se le puede pedir a Pablo Motos que salga de plano, ni a Elon Musk humildad. No podemos pedirle a un vegano que organice un asado, no le podemos pedir a un murciano que se le entienda a la primera, no le podemos pedir a un francés que pronuncie la erre, no podemos pedirle al Joker que se haga coleguita de Batman, es un millonario estirado. No podemos pedirle al escorpión que deje de picar, ni a un jugador de fútbol que haga una frase subordinada. No le podemos pedir a Darth Vader que haga los mismos agudos que un castrato. No le podemos pedir a estos artículos que cambien el mundo, con que no tengan demasiadas faltas de ortografía nos damos por satisfechos.

Ahora bien, tampoco quiero caer en el nihilismo más radical porque es muy aburrido, hay cosas que sí que espero, como que la cerveza siempre esté fría, que los amigos cojan el teléfono, que las risas suenen el mayor tiempo posible, que Menorca sobreviva bella a este ataque de éxito devastador, que la desigualdad se vaya limando aunque sea milimétricamente, y que cada semana nos podamos seguir saludando para desearles un rico lúpulo y un feliz jueves.

conderechoareplicamenorca@gmail.com