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Precisamente ese es el problema. Estamos obsesionados con ideas o conceptos que, para nada, son lo que realmente necesitamos. Hace unos días te lo comentaba para con los regalos de sus majestades de Oriente. No es lo mismo aquello que queremos que aquello que necesitamos. Y Shakira, con su último ejercicio de transparencia de gestión de sus sentimientos, nos lo ha dejado claro. La colombiana se considera el ostentoso y caro reloj alemán de lujo y compara a ‘la otra’ con uno de esos Casios, relojes que nos acompañaron más fielmente en nuestra infancia y adolescencia y que, seguramente, si rebuscas el tuyo en aquel cajón donde guardas los objetos del pasado, las fotografías y la nostalgia, todavía sobrevive con la batería en perfectas condiciones. De hecho, la batería de un Casio dura más que la batería de un Rolex… Y que la relación de Shakira y Piqué.

Yo, si te soy sincero, prefiero un Casio. De entrada, porque los productos caros, el lujo y los mensajes que conllevan me cansan y me abruman. Y luego porque si trasladamos la comparación a los tipos de individuos, prefiero ser una persona más campechana, cercana y que cae bien, que alguien altivo y lejano, por mucho que brille pomposamente. Además, mi alemán es horroroso, casi tanto como tu chino mandarín.

No cabe duda de que Shakira está encabronada. Y seguro que no le faltan razones. Pero menudo viaje le ha pegado a su expareja en formato de canción que, a estas alturas, ya se ha reproducido millones de millones de veces. Como para plantearte empezar algo serio con Shakira y que acabe en unos versos como estos.

A Piqué, que en el fondo tiene más pinta de Casio que de Rolex, le da igual la canción y todo lo que la rodea. El corazón tiene razones que la razón no entiende. Y seguro que no es oro todo el ‘waka waka’.

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Igual que me siento más identificado con un Twingo que con un Ferrari -otra perla que aparece en los tremendamente famosos versos-. Más que nada porque con lo que llenas el depósito de un Ferrari te compras varios Twingos.

A mí me parece excesivo llevar todo esto hasta este extremo mundial. Cualquier final de relación duele, aunque seas consciente de que la relación ha llegado a un punto de no retorno. Pero tampoco hace falta que te martirices de esta manera, ni crucifiques a nadie.

Pero si Shakira, que se ve que anda tan corta de efectivo que no puede hacer frente a sus obligaciones fiscales, con esta canción se ha quitado un peso de encima y se ha ahorrado muchos miles de euros en terapia, pues bienvenido sea. Aunque que no le extrañe si de ahora en adelante le cuesta encontrar pareja. Porque todo este tinglado echa para atrás hasta el más valiente.

dgelabertpetrus@gmail.com