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Díganme queridos lectores, ¿qué creen ustedes que cerrará antes, Twitter o Netflix? La red del pajarito azul hace años que es un estercolero de haters y fabricantes de bulos y la llegada del loco arrogante de Elon Musk no ayuda en nada a mejorar la cosa. Y parece que Netflix se quiere pegar un tiro en la sien de su algoritmo y ahora que hay más oferta que nunca en plataformas y que la calidad de sus productos se ha hundido, deciden subir sus tarifas. Como usuario de ambos productos tengo que decirles que su cierre me va a importar menos que a la próxima presidenta del país la vida de los ancianos que viven en las residencias, porque si a ella la vida de las personas mayores, que no sean reyes o millonarios, le importan un mojón, a mí los negocietes de millonarios caprichosos me la traen al pairo (mola está expresión en desuso para mostrar la total indiferencia que provocan ciertas cosas).

Entonces, ¿por qué preguntas? Ya se habrán dado cuenta de que el primer párrafo es solo una excusa para recordar públicamente el genocidio que se cometió con las personas mayores que fueron abandonadas en las residencias negándoles hospitalización y que la responsable máxima de ese genocidio es nuestra Trump patria, y da igual las burradas que suelte, y da igual cuán cruel, cuán arrogante, cuán prepotente y mal educada pueda ser, que siempre tiene a los medios sumisos y comprados para hacerle el caldo gordo a ella y a todos los fondos buitres para los que trabaja. Y este párrafo crudo es tan cierto como que en la playas de Islandia es de bobos llevarse una sombrilla; estas frases son tan veraces como que los franceses están reconquistando Menorca a golpe de talonario; estas palabras son tan irrebatibles como que los logopedas de Murcia no dan abasto; estas sentencias destilan tanta autenticidad como el amor que siente Homer Simpson por la cerveza.

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Y puestas las cartas sobre la mesa, ahora les quiero hacer unas preguntas sobre unos temas que me preocupan de verdad: ¿cómo podríamos llamar al presidente de los grandes empresarios que gana 400 mil euros al año y se niega a que suban el salario mínimo a 1.080 euros? ¿Cuántas personas tienen que morir en Ucrania, Afganistán, Siria, Palestina, Irak, Yemen, el Congo y una larga lista siniestra y sin fin, para que todo el mundo sepa que en las guerras solo ganan los ricos y poderosos y pierden todos los demás? ¿Cuánto más tiene que subir el precio de la vivienda para que los economistas neoliberales dejen de darnos la turra con que el mercado se regula solo? ¿Cuántas personas haciendo dieta intermitente y cocinando en freidoras de aire hacen falta para que entendamos que es imposible freír sin aceite y que pasar hambre durante doce horas para después meterte una docena de palmeras de chocolate es una gilipollez monumental?

Tengo dudas y mola escuchar a otros para aprender, solo hay un tema en el que soy completamente intransigente, bueno dos, el primero es la tolerancia cero con los fascistas, neonazis, ultra liberales y demás purria humana; y la segunda es con las personas que se dejan la cerveza a medias, si alguien te ha ofrecido la bebida de los dioses, elaborada con su delicioso lúpulo y su deleitable malta, haz el favor de respetar el trabajo de los maestros cerveceros y acábatela, dice mucho de alguien, creo que los que se dejan la cerveza a medias son los mismos que no recogen las mierdas de su perro de las aceras, hay que investigarlo. Rico lúpulo y feliz jueves.

conderechoareplicamenorca@gmail.com