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Siempre se ha dicho que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. Y se supone que lo mismo  a la inversa. Efectivamente sin el apoyo de una mujer difícilmente podría un hombre llegar a ser poderoso, famoso o conseguir sus más altos fines profesionales. Toda persona, men and women, necesita que su media naranja la soporte y la equilibre anímica  y sentimentalmente para poder conseguir llegar al éxito cualquiera que fuera su meta o cariz. O también para alcanzar la maldad más absoluta.

Pensaba en ello el otro día leyendo la biografía de Magda Goebbels. Cuando se casó con su marido Joseph, que llegó a ser el segundo mando de las SS nazis, mano derecha del Führer y Ministro de Propaganda del régimen, quien era una devota de la ideología nazi era ella  y fue su fanatismo lo que la impulsó a radicalizar a su marido y a convencerlo para que cometiera todas las bestialidades que llevó a cabo.   

Sí, se cuenta de ella que era una rendida admiradora de Hitler con quien algunos historiadores la emparejan como una de sus amantes ya que una vez confesó a Leni Riefensthal, la cineasta del régimen, lo siguiente: «También amo a  mi esposo pero  mi amor por Hitler es más fuerte, por él estaría dispuesta a dejar este mundo». Pero hasta el momento no se han descubierto registros escritos que evidencien tal relación.

Magda era berlinesa y se suicidó junto con su marido el 1 de mayo del 1944  a los 44 años en el Vorbunker de Hitler junto a los cinco hijos que tuvo con Goebbels cuyos nombres empezaban todos con la letra H (Harold, Hildegard, Helga, Haewig, Heidrum y Holdine) según algunos para evidenciar su admiración hacía Hitler. También tuvo un hijo de un primer matrimonio, se casó con un judío y se dice que ella misma también lo era. En todo caso fue ella quien decidió el suicidio de toda la familia en el bunker berlinés cuando la ciudad estaba ya cayendo en manos del ejército de la Unión Soviética.

Una mujer puede conducir al hombre a límites inimaginables. O a la inversa. Y puede influirlo para lo bueno y para lo malo. No recuerdo dónde leí que los votantes, antes de depositar su voto, deberíamos de conocer la identidad de los cónyugues o parejas de los dirigentes políticos que pretenden representarnos en la administración pública. ¿No conoceríamos mucho mejor su carácter (y sus capacidades) si supiéramos con quién conviven, con quién viajan, con quién pasan los domingos, con quién se acuestan? O cómo diría el cantante: «¿A qué dedica el tiempo libre?».

Pedirnos el voto sin desvelar su vida y entramado personal puede desdibujar una imagen pública ya que nos impide tener un conocimiento completo de una persona que aspira a tomar decisiones que nos afectan a todos. Al conocer mejor su entorno privado podríamos intuir mejor el carácter de quienes deciden el destino de los fondos públicos que les ponemos en sus manos, de quienes deciden el urbanismo que nos rodea, de quien dicta las normas ciudadanas que nos imponen... También podríamos imaginar cómo podrían dormir tranquilos o no cuando, por ejemplo, aceptasen mutilar el topónimo de una ciudad ancestral por motivos de simple conveniencia política circunstancial. O también podríamos intuir qué puede llegar a sentir alguien que fracciona dineros públicos para orillar la ley de contratos y dárselos a sus amiguetes ideológicos. En casos así podríamos adivinar si su conciencia sería capaz de asumir estas irregularidades volitivas con irremediable resignación cristiana y/o podríamos intuir al menos cómo van a asumir su responsabilidad por tal irregularidad/delito por el que muchos otros han sido cancelados de la vida pública.

Un político que cobra del pueblo no debería tener vida privada ni oculta sino que se debe a ese pueblo al que provisionalmente dirige. Debería ser como un libro abierto. Caso de no querer  mostrarse a exposición pública sería mejor que se dedicasen a otra cosa. Esperamos de los medios que nos faciliten esa imprescindible información a los votantes para que, antes de depositar el voto, sepamos con quién nos las estamos jugando al elegir al que dirigirá nuestra ciudad, nuestra isla o nuestra región. No es curiosidad, es una forma más de conocer al personaje que nos solicita encarecidamente nuestro voto.

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Notas:

1 - Ecos médicos: Un enfermo independentista no aceptó que le tratara un médico sudamericano porque no enraonava el català y aseguran que se murió feliz como una perdiz. Amén.   

2 - Provocación y mentira: El Consorcio Militar de La Mola lo forman el CIM, el Ayto. de Mahón y el de Es Castell junto con el delegado militar en la Isla. Ellos ponen en conocimiento del Ministerio de Defensa las peticiones que puedan recibir y luego son los civiles socialistas de Defensa los que deciden si se celebra o no.

3 - Al parecer Ramsés tenía un canario. Eso dicen.

4 - Incoherencia del CIM: Por una parte promocionan el turismo asistiendo a ferias, etc. y por la otra financian a grupos antiturismo. ¿En què quedam?

5 - Evolución familiar: Un abuelo militar franquista, un padre de Fuerza Nueva y un nieto socialista. Nada que objetar. Sólo recalcarlo.

6- Ahora dicen las radicales descocadas que la automasturbación es lo fetén porque la penetración es de derechas. ¿Van a declarar al semen «enemigo público nº 1» de las mujeres? ¡Venga Sánchez... a por la Trilogía!: primero ‘el sí de las niñas’, luego lo de los/as/les trans y ahora a por el semen... Vaya por Dios.

7- ¿Cómo es posible que el Consejero Miquel Maria no haya dimitido ya? O no le hayan dimitido. Buenas credenciales para las próximas elecciones de mayo.