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10-III-23 viernes

El doctor en historia Tomás Pérez Delgado diserta en el Ateneo sobre «Crisis de la democracia y seducción autoritaria», tema que me ocupa y preocupa desde que fui consciente del innegable avance de la extrema derecha global, evidente desde la eclosión del llamado tea party, cuando la facción más ultra del partido republicano de los EEUU se hizo con el control interno y lanzó a la palestra la locura Trump que culminó su (¿primer?) periplo en el poder asaltando sus seguidores el Congreso norteamericano.

En pocas palabras, el enloquecido partido republicano, hasta entonces de impecable trayectoria democrática, derivó hacia una especie de anarquismo de derechas dotado de un enorme poder de contagio, como se ha podido comprobar en Brasil, donde el derrotado (por la mínima, ojo) partido de extrema derecha de Bolsonaro ha seguido al dedillo todas las tropelías trumpistas, incluido el asalto a las sedes de la soberanía.

Concluyó el conferenciante que las encuestas entre jóvenes de todo el mundo ponen de manifiesto su creciente querencia por alternativas de signo autoritario, como el capitalismo chino, controlado por una férrea dictadura, o    los populismos tipo Maduro, Putin, Orban, Erdogan, a los que denominó democraturas. En estas andamos.

14-III-23 martes

A propósito de la enésima crisis bancaria, no deja de ser curioso que los adalides de la desregulación económica y el Estado mínimo se hagan socialdemócratas cuando pintan bastos y pidan ayuda y protección a los poderes públicos.

15-III-23 miércoles

Se pregunta con evidente lucidez el profesor Jaume Verdaguer en estas mismas páginas si en el sector sanitario no sería suficiente exigir al personal que entendiese nuestra lengua, la principal de muchos pacientes, y a la vez facilitar la comunicación en casos en los que haya problemas. Continúa el profesor sugiriendo algo que algunos vemos obvio: que la enseñanza de la lengua catalana a todos los recién llegados a nuestra isla no tendría que presentarse como un muro insalvable, sino como una inmersión progresiva, natural y amable que, por ejemplo, permitiera preguntar a un paciente si li fa mal sa panxa

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En parecido ámbito, siempre he defendido la doble denominación del topónimo    Maó /Mahón, en castellano y catalán como ha sido en los últimos lustros. No comparto la cerrazón de quienes no admiten la grafía en castellano, por mucho que la ley les ampare, ni la obsesión de otros en borrar todo vestigio de catalanidad a nuestra cultura.

20- III-23 lunes

Me entero de refilón de que hoy es el Día Mundial de la Felicidad esa entelequia que engorda las cuentas corrientes de gurús de la industria de autoayuda, «tú puedes, el cielo es el límite», y demás retahíla de bobadas que engatusan a masas de gentes convencidas de que merecen ser felices.

Nada que oponer a los muy humanos deseos de bienestar y su máxima expresión, la felicidad, pero mucho me temo que estén persiguiendo la zanahoria del asno porque el concepto felicidad presupone ausencia absoluta de pesares, algo así como el cielo coránico poblado de huríes complacientes. Y como eso no existe, a lo máximo a que podemos aspirar es a encadenar momentos alegres, cuantos más, mejor, pero siendo conscientes de que al doblar la esquina pueden toparse con un árbitro pertrechado de un implacable VAR… ¡Qué momento tan alegre el de la otra noche!

21-III-23 martes

Me había propuesto no hacerlo, pero se impuso la tesis de Oscar Wilde: «La mejor manera de vencer una tentación es caer en ella». Así que cautivo y desarmado mi ejército preventivo, me paso el día escuchando/viendo el debate sobre la moción de censura o como quiera que se llame eso que nos ofrecen    pantallas y micrófonos ante mi estupor de ciudadano concienciado

Una colosal y esperpéntica pérdida de tiempo en la que, inopinadamente, se cuela una figura emergente: la vicepresidenta del gobierno Yolanda Díaz, una política de carácter, preparada, torrencial y con talento para el acuerdo y el compromiso. Ojo con ella, va en serio.

22-III-23 miércoles

Fin de la mascarada parlamentaria, montar un espectáculo es una de las frivolidades favoritas de los partidos ultra de todo el mundo. Me aflige el papelón del antaño admirado profesor Tamames, seducido por los cantos de sirena de los profetas del pretendido hundimiento de España que nunca acaba de llegar...