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Nunca veo IB3. Jamás. Pero hace unos días me extravié y sí vi parcialmente el pomposamente denominado ‘Debat a 9’ que nos endilgó la terminal mediática del aparato nacionalista/socialista balear. Allí se reunieron los comerciales de los partidos que competirán para hacerse con un sueldo y un hueco político en los escaños del Parlament de esas Islas de cara a las elecciones del próximo domingo 28.

La conclusión que uno sacó en claro es el tétrico panorama al que se enfrentan nuestras Balears de salir elegidos quienes defienden ideas propias de regímenes totalitarios sudamericanos y las utopías de los años treinta del pasado siglo. Soportado el suplicio de escuchar el catálogo de productos caducados que ponen ahora a la venta en el mercadillo electoral, no se produjo ningún debate sino que solo se escucharon monólogos domingueros sin un ápice de frescura ni de esgrima dialéctica. Una estafa y un peñazo.

De todas formas los sermones (que no debate, repito) fueron esclarecedores para saber qué representaban aquellos bustos y bustas parlantes. Entre bostezos y bostezas me distrajo la intervención del busto Castells, de Més-Manco per Menorca, un señor del Principat que no ‘ralla menorquí’ sino que ‘enraona’ catalán perfectamente y que parece sentir como misión en su vida colonizar Menorca mientras vive de ella. Al parecer los procolonialistas no tienen cantera local y deben acudir a orillas lejanas para encontrar representante. Triste.     

De cualquier forma agradezco a este señor que me esclareciera el voto si es que aún a las 10.30 de aquella noche tuviera alguna duda. Reconozco que defender para nuestra isla el retroceso disfrazado de decrecimiento ‘con un desparpajo tal que alucina, Pascual’ me impactó. Sí, defendió que el progreso significa oponerse al turismo y al coche. Sí, como lo leen, defendió el decrecimiento económico sin mencionar (¡pillín, pillín!) que eso, inevitablemente, conlleva la pobreza. Si las plantas no crecen se mueren y lo mismo pasa con la economía. La sostenibilidad es un fake, una estafa inmensa. Incluso, en un momento dado de su pregón creí entender que proponía la vuelta al carro y a la diligencia tirada por caballos.

También intuí que defendía el regreso a la azada, a la olla de ciurons amb xua, y a imponer el uso de la    bicicleta como forma obligatoria de desplazamiento. Acudiendo a referencias manipuladas nos intentó convencer de que el desarrollo moderno es un mal en sí mismo y que el crecimiento era un    retroceso, un mal a extirpar. Lamentablemente no pude detectar si calzaba esperdenyes aunque lo supuse.

Més-Manco per Menorca es un partido de localistas acérrimos, de añadidos sin rumbo, de mesiánicos inadaptados a su tiempo y de impulsores de la boina en la cabeza de nuestros niños. Son amantes de la pobreza generalizada para todos menos para ellos, todos funcionarios con sueldos seguros que se pagan con los impuestos que sustraen de los pobres autónomos. Son aquellos que alegremente preconizan la vuelta a la gruta, al plátano y «al polvo del camino». ¡Ah! Y sí, curiosamente son    los mismos que fraccionan pagos a sus compinches y, como última moda, ahora se amigan con grupos terroristas vascos.

Ante la reivindicación del decrecimiento y la ilusionante vuelta al pasado cabe preguntarse ¿Para qué sirvió pues la revolución industrial? ¿Para qué la electricidad, los trenes, los aviones, el maravilloso asfalto, el beneficioso cemento que sustituyó a la argamasa egipcia, el útil plástico que higienizó los alimentos, etc.?¿Qué significó en su día la instalación en Menorca de la Maquinista Naval y su descendiente la Anglo-Española que instauró el desarrollo industrial en la isla? ¿El principio del fin de la felicidad? ¿Fue el motor JOYCA un ataque frontal a la ecología menorquina? ¿Y todas las creaciones mecánicas que han ayudado a hacer confortable la vida a los humanos? De verdad ¿por qué ese odio visceral al motor, al coche, el mejor invento socialdemócrata? Esa máquina que mejor iguala al hombre, esa que le permite libertad de movimientos sin estar supeditados a la esclavitud horaria y restringida de un transporte público siempre escaso. Querer restringir el uso del coche es un ataque directo a la libertad individual del hombre. Pues sí, ese señor del Principat hizo decidir mi voto definitivamente. Gracias. Y lo siento, yo no quiero ir en bicicleta.

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Notas:

1- Pregunta ante el debate de esta noche, de hoy martes 23, en el Ateneo entre los candidatos a la alcaldía de Mahón: ¿Por qué el PSOE manda su propaganda electoral a una ciudad que ahora llama Maó-Mahón cuando ha sido el propio PSOE el que ha laminado el topónimo Mahón? ¿Por qué ahora sí y siempre no? ¿Hipocresía? ¿Engaño masivo? ¿Arrepentimiento? ¿Miedo? ¿Conveniencia electoral?   

2- En el acto celebrado ayer por Iniciativa por Mahón en el Ateneo se repartieron copias del clarificador informe de la Real Academia de la Historia sobre el nombre de Mahón junto a copias del acta del CIM que lo laminó.   

3- Consell Insular: Antes de votar hay que recordar los 8 años de obras inacabadas en la carretera general, la pérdida de 20 millones por desidia e incapacidad de gestión, la pretensión de derruir un bien público ya pagado, los permanentes obstáculos al desarrollo de la isla, la catalanización forzosa de nuestra sociedad y su consiguiente desespañolización, la falta de transporte público, el despilfarro en sobre sueldos, los pagos fraccionados, la compra de votos mediante el impúdico regalo de dinero público, la dependencia de los radicales («votar socialista es votar nacionalismo»), la irresponsable lentitud administrativa, etc... y al fondo Sánchez. Vota sabiéndolo.

4- CIM: las encuestas las carga el diablo. Hay partido y voto oculto. Igual la Isla se viste del Madrid y remonta.

5- Ataques a la Isla del Rey: Leer críticas anónimas cobardes, injustas y rencorosas de gentes de poca hombría que ni tan solo se atreven a identificarse, solo produce compasión.

6- Sábado 20: Maria Florit triunfó en su actuación en Es Claustre. A pesar de la lluvia. Auténtica y maravillosa.