A los hombres siempre les ha gustado jugar a ser dioses, disponer caprichosamente de la vida de los otros, dictaminar lo que podemos o no hacer, decir, desear. Es un clásico. Tan aburrido como repetitivo. Lo que ocurre ahora es que, se ve que un poco cansados de guerras, invasiones, violaciones en manada, dictado de libros sagrados y normas a cumplir, han descubierto un juguete nuevo y muy excitante: la ciencia. Encerrados en sus laboratorios, con la bata puesta de día y de noche, y armados con miles de millones que proporcionan laboratorios farmacéuticos y gobiernos, la última moda es crear vida humana de la nada. Quizá sea una respuesta desesperada a la también creciente tendencia en las mujeres de liberarse del yugo de la maternidad.
El rayo verde
Ratones
01/02/25 4:00
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