Tribuna
Adiós, amor
No quería que sucediese. Había planeado una comida sin sobresaltos. Sin embargo, fue rara. El restaurante estaba bastante lleno. A la izquierda, una mesa de machos alfa riéndose a carcajadas y haciendo comentarios en voz alta. Si alguien ha visto la serie que lleva el mismo nombre, me entenderá. Por poner un ejemplo: uno de los comensales justificaba ante sus amigos su relación con una chica vegana. Haciendo alarde de su hombría y honor, dejó bien clarito que si salían a cenar, él pedía pollo y no pasaba nada, que la muchacha no se enfadaba, sino que lo entendía, y que no fuesen a imaginar por un instante su claudicación. Él no abandonaba la carne por nada, aunque tuviese que conformarse con una ración de alitas de pollo, que pueden parecer menos ofensivas.
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