Amaya Michelena
Amaya Michelena

Jefa de sección (Domingo)

El rayo verde

Impresentables

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Si preguntas a cien españoles en la calle qué opinan de la clase política lo más probable es que 98 despotriquen como locos y dos te hablen en términos de adhesión a una secta donde no se cuestiona nada. Habrá alguno que se salve, pero como raza demuestran ser lo peor de cada casa, personas inútiles, con cero preparación y capacidad para el cargo que ostentan y, sobre todo, que nos consideran a todos idiotas desmemoriados. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, emprende ahora una cruzada contra la creación de nuevas universidades privadas con la consigna de que no tolerará «chiringuitos sin nivel».

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¿Se refiere acaso al que montó su mujer? Su mano derecha, la vicepresidenta María José Montero, la lía parda tildando de «vergüenza» la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya que absuelve del delito de violación al futbolista Dani Alves, cuando desde su bancada se han pasado años enarbolando la bandera de la independencia de la justicia y blablablá. Su mano izquierda, la vicepresidenta Yolanda Díaz, dejó hecho trizas hace un año Podemos porque necesitaba desvincularse de las más alborotadoras del partido y adquirir un protagonismo que se le escapaba. Fundó de un día para otro Sumar y se alineó con el PSOE para pillar cacho. Ahora, cuando da un paso atrás al comprobar cómo su invento hace aguas por todas partes, reclama a Podemos la unidad de la izquierda. De los depredadores sexuales que se hacían llamar feministas mejor no nos acordemos.

Es que te ríes por no llorar. Lo siento de verdad por los ciudadanos que en algún momento han creído en la política, en los partidos, en el sistema electoral y en la trampa de eso que llaman democracia. Menuda desilusión deben llevar.