Ánimo

Seamos más cariñosos

TW

Algunos días me muero de ganas de escribir y meterme con todos los políticos que nos representan (?) o con los incívicos que dejan sus basuras (hasta neveras he visto) fuera de lugar, o cuando veo una caca de perro sin recoger... o cuando suena mi móvil y no contesta nadie...

Pero hoy creo que lo que hace falta es algo de ánimo... un escrito que nos ponga en el alma y en el cerebro ilusión, ánimo de convivencia en positivo... así que voy a relataros cosas que veo cuando paseo, o cuando voy a algún lugar a tomar algo, o incluso cuando me atienden en alguna administración.

Pues ayer paseando por Sant Climent viví un momento genial.

Quienes me conocéis sabéis que me encanta abrazaros, deciros cuánta cosa buena me aportáis, en fin soy cariñosa «de mena»... pues bueno a lo que iba; cuando voy por la calle siempre saludo, «bon dia» aunque con quien me cruce me mire «raro»... Ayer en Sant Climent saludé a una persona desconocida y esta me miró, se paró y dijo: «Ens coneixem?»

Yo le contesto: «No...» unos segundos mirándonos y de repente me dice: «Puc?» Haciendo el gesto de abrazarme... y yo: «És clar»... y, ¡vaya abrazo!

Deshecho el abrazo me dice: «Hacía mucho tiempo que paseando por la calle nadie me saludaba... así que no sabes cómo te agradezco este gesto...»

Perpleja y emocionada es como viví ese bonito momento.

Porque lo de saludar y lo de abrazar y lo de ser empatía y lo de sonreír y lo de dejar pasar y lo de abrir una puerta a quien ves cargado y lo de... vaya esos «gestos» esas «formas» ya casi no las veo.

Pensaréis que soy una malísima escritora explicando estas cosas, pero yo reivindico el regresar a esas formas de cariño, de empatía, de conexión con quienes compartimos este o aquel lugar.

Estuve merendando en Mahón y allí nos servía una chica uruguaya (eso me dijo cuando le pregunté)… Quedé asombrada de su manera de trabajar, sonrisa en la cara, atenta a nuestra mesa… un verdadero servicio.

Fui a un centro sanitario acompañando a una amiga... Aluciné de la buena actitud y «paciencia» de la persona que atendía a los que esperaban, a pesar de un brote de pésima educación que dispensó un personaje de la cola.

Quiero reivindicar la necesidad que existe de que templemos los ánimos y seamos más educados, más generosos con los que están a nuestro servicio y que haciendo lo que pueden, algunas veces, no resuelven nuestras necesidades... quiero reivindicar un estado de cariño de ternura de empatía hacia los que nos rodean.

El mundo está muy negro así que nuestro es el poder de hacerlo algo más claro, más esperanzador.

Saludemos a nuestros vecinos, abracemos a nuestras amistades... no tengamos «apuro» en hacerlo.