No añadir más leña al fuego

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Si tenemos un fuego de leña y le añadimos más leña, evidentemente se mantendrá encendido o, incluso aumentara según la leña que añadamos. Si lo que deseamos es que el fuego se apague, lo que debemos hacer es dejar de añadir más leña y así conseguir que poco a poco se vaya extinguiendo, hasta que se apague del todo.

Cuando nos venden que es necesario invertir en seguridad y defensa, (en armamiento), lo primero que me pregunto es: ¿Es necesario invertir en defensa? Invertir en defensa implica disponer de más armamento, de armas destinadas a mantener las guerras, destinadas a matar. Mientras los países en guerra van recibiendo armas de sus aliados, estos a lo que contribuyen es a que se mantengan activas estas guerras, están echando más leña al fuego, en vez de colaborar a apagarlo.

Para conseguir la Paz entre naciones sobran todas las armas. Con las armas solo se consigue destrucción y muerte. La paz entre naciones solo se conseguirá cuando los gobernantes sean capaces de sentarse y dialogar para llegar a acuerdos, y adquirir el compromiso de dejar de utilizar las armas, y declarar que todas las guerras sean ilegales.

Llegar a acuerdos internacionales para dejar de invertir en armamento, para invertir en políticas sociales como salud, vivienda, Seguridad Social, empleo y migración, debería de ser una prioridad.
Si los señores (individuos) de las guerras actuales fueran inteligentes (esos que aparecen en sus despachos con traje y corbata), se darían cuenta de la estupidez de provocar y mantener las guerras. En las guerras todos pierden, todos sacrifican y pierden vidas humanas. Si fueran inteligentes, se darían cuenta de que un mundo diferente es posible, un mundo en paz es posible, si desaparecen las armas.

El documento de la «Declaración Universal de los Derechos Humanos» de 1948, debería de estar sobre las mesas de todos los gobernantes, para metérselo en la cabeza y actuar según lo descrito en él.

«Paz, dignidad e igualdad en un planeta sano». Este lema de las Naciones Unidas, todos los gobernantes deberían tenerlo como frase de inicio en sus ordenadores, en sus móviles y agendas de trabajo, a lo mejor les ayudaría a actuar con sensatez y no con estupidez.