Oraciones
En el país de los sueños
Los mundos de fantasía existen, aquí en la realidad, a este lado del espejo, pero son bursátiles y no se accede a ellos por un sendero de baldosas amarillas, sino de piezas de parqué. En el país de los sueños, a la derecha una vez rebasado Nunca Jamás, hay un universo multicolor con elfos, enanos, hadas, robots muy torpes pero rapidísimos, magos de las finanzas parecidos a Gandalf el Gris (o a Sauron, según), cisnes negros de mal agüero y ejércitos de orcos, porque si bien en este país de los sueños parece que existe una olla de oro al final del arcoíris, algunos aventureros aseguran que bajo las piezas del parqué, según cómo pises, está Mordor. Nada menos. Fantasías, desde luego, fantasías bursátiles. Lo importante es que allí la realidad también es una fantasía, el tiempo lo maneja un apresurado conejo blanco (o un cocodrilo que se tragó un reloj), y el truco ya lo descubrió Borges, escritor de fantasía, en dos versos definitivos: «Los jugadores de esta noche/ copian antiguas bazas». Porque en el país de los sueños se juega, el mundo es una apuesta, y a menudo una apuesta antigua. Nada que objetar, así son las cosas, salvo que cuando los jugadores se asustan, y son asustadizos a más no poder, patalean. Les sobreviene una pataleta infantil. Pánico en las Bolsas, titula la prensa. Hundimiento, derrumbe, el índice Dow Jones por los suelos, el S&P y el Nasdaq también. Todavía estamos dale que te pego con los aranceles, pura magia negra del presidente de Estados Unidos, y ahora se nos desploman los índices. ¡Los índices! ¡Zapatiesta en el país de los sueños! Bueno, pues menos mal que estas desgracias ocurren ahí, y no en nuestras calles y hogares. Aún no, hay tiempo para asustarse. La Bolsa, también llamada los mercados, o el parqué, es un mundo de fantasía y sueños infantiles, donde no rigen las mismas leyes físicas ni la razón, y no importa el significado de las palabras. Lo que importa, como le dijo Humpty Dompty a Alicia en el país de las maravillas, es quién manda. Y ahora no estoy comparando a Humpty Dompty, que es un huevo subido en un muro, con el presidente de Estados Unidos. Que busca la olla de oro y es el que manda. Quién sabe qué significa eso.
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