¿Dónde radica la belleza?

Sin la belleza interior, difícilmente captaremos la belleza del paisaje o del arte en general.
La belleza se encuentra repartida entre el objeto y el sujeto. Pero el primer principio de belleza lo llevamos dentro. Sin la belleza interior no podemos descubrir la exterior.

Cultivemos la belleza que llevamos dentro y podremos extasiarnos ante una obra de arte o ante un paisaje maravilloso. La belleza interior crece en la medida que sabemos cultivar nuestro corazón.

Si cultivamos la belleza del alma, contemplaremos la belleza exterior con más precisión y hondura.
Y la belleza del alma debe cuidarse con esmero mediante nobles pensamientos y nobles acciones. La belleza que llevamos dentro, la debemos cuidar con esmero porque es un valioso tesoro. El filósofo griego Plotino (205-270) afirma: «Si el alma no es bella, no puede ver la belleza».