Abderrahim Ouadrassi
Abderrahim Ouadrassi

Presidente de Fundación EuroAfrica

El día que el mundo cambió de Dirección

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Durante los años noventa, el mundo creyó haber encontrado su destino. El Muro de Berlín había caído, la Guerra Fría había terminado y en las discotecas sonaba una celebración disfrazada de canción: Go West. Los Pet Shop Boys habían reconvertido el tema de The Village People en un himno electrónico que, con ecos del himno soviético, fundía imágenes del comunismo con la estética triunfante del capitalismo. Era más que música: era el retrato de una era que proclamaba el triunfo occidental.

Hoy, más de treinta años después, el péndulo histórico oscila en la dirección opuesta. Ya no suena Go West. Las nuevas melodías emergen de Pekín, Seúl y Tokio. No hablan de conquista, sino de reconfiguración. En Washington, el 47.º presidente de Estados Unidos –más caudillo que estadista– ha decretado el ‘Día de la Liberación Económica’: un arancel generalizado a todas las importaciones. Estados Unidos, antaño defensor del libre comercio, se repliega sobre sí mismo.

Mientras tanto, en Seúl, tres figuras clave del este asiático –Wang Wentao (China), Ahn Duk-geun (Corea del Sur) y Yoji Muto (Japón)– se reúnen discretamente. Lo que antes parecía imposible hoy es necesario. Las heridas históricas –la masacre de Nanjing, la colonización, las ocupaciones– no han cicatrizado, pero quedan suspendidas ante una nueva urgencia: sobrevivir al caos estadounidense.

Durante décadas, Estados Unidos dictó las reglas del juego en Asia. Japón y Corea del Sur prosperaron bajo su paraguas. Pero ahora, ese escudo se ha vuelto jaula. Con un solo decreto, Washington ha puesto precio a la lealtad. Y en el vacío que deja, China teje con paciencia una nueva red de alianzas económicas. No se trata de afinidades, sino de conveniencia estratégica.

La cumbre trilateral concluye con una frase cuidadosamente medida: «Debemos construir un entorno predecible para el comercio y la inversión». Pero lo que se dice en voz baja es aún más claro: si Estados Unidos se retira del tablero, Asia moverá las piezas.

Europa observa. Esta semana, Pedro Sánchez viaja a China y Vietnam, buscando reposicionar a España en el nuevo eje económico. Bruselas estudia responder con aranceles propios. La brújula mundial ya no apunta al oeste.

En julio de 2005, los Pet Shop Boys cerraban su concierto en la Plaza Roja de Moscú con Go West. Fue la última gran ovación a un mundo unipolar. Hoy, esa canción suena como un eco de otro siglo.
Washington quiso iniciar una guerra económica. Pero puede haber desencadenado su propio aislamiento. El mundo ya ha cambiado. Solo falta que Occidente lo admita.