Charlas escritas
La saeta
Nostalgia de lo vivido fueron las últimas ‘Semanas Santas’ de mi madre en las que ya nonagenaria salía poco de casa, a no ser que lo hiciera con sus recuerdos de juventud, cuando de Es Mercadal rememoraba los viernes del ‘Santo Entierro’ huérfano de espectadores porque todos los vecinos del pueblo, y cofrades vestidos con túnica de nazareno recién planchada, procesionaban en el cortejo y alumbraban con sus candelas de cera lagrimosa las desiertas calles atentos al paso comedido que procuraba el redoble de un tambor. Igual que hacían en 1836, según dejó escrito en sus memorias el clérigo aragonés, mosén Fulgencio Zaporta, exiliado en Es Mercadal por causas procesales [«Es Diari», 24/III/2019]. No obstante, mi madre en su manifestación de devoción y fe granítica requería escuchar el ‘himno de la Semana Santa’ que, desde su privativa emoción, era el poema de Machado convertido en canción por Serrat: ‘La Saeta’. «Dijo una voz popular: ¿Quién me presta una escalera para subir al madero para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno?» La religión y las diferentes formas de entenderla es algo consustancial a la persona y en dichos versos Machado nos remite a la saeta, como forma de rezar al Cristo agonizante, pero que se postula asimismo por el Cristo milagroso cuando dice «Oh, no eres tu mi cantar/ no puedo cantar, ni quiero/ a este Jesús del madero/ sino al que anduvo en la mar». Mi madre de fe granítica no entendía de contradicciones…
También en Opinión
- El susto de una turista en Ciutadella al encontrarse con una serpiente cerca de la Platja Gran
- Una mujer, afectada por el colapso de la hospedería de Son Espases: «Estuve nueve noches en una butaca del hospital»
- La autonomía energética que salvó a Baleares del gran apagón tiene fecha de caducidad
- Una pelea multitudinaria en Cala en Blanes acaba con un menor herido y daños al mobiliario urbano
- L’adéu de la Llibreria Catalana de Maó després de mig segle al servei de la cultura