Miguel Juan Urbano
Miguel Juan Urbano

Redactor jefe de Sucesos en el diario Menorca

Adiós a las armas

El papa más futbolero de la historia

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Nunca fue uno más pero siempre fue uno de los nuestros». Ese es el lema elegido por el Club Atlético San Lorenzo de Almagro en la despedida de quien ha sido el hincha más ilustre de su existencia centenaria, el papa Francisco.

Ubicado en el barrio obrero de Boedo, al sur de Buenos Aires, ‘El cuervo’, como se conoce a esta entidad por el color de la sotana que lucía su impulsor, el padre Lorenzo Massa, continúa de luto por la pérdida de su fiel seguidor. Jorge Mario Bergoglio fue incondicional de San Lorenzo desde que su padre comenzó a llevarle al viejo estadio Gasómetro, en la avenida de La Plata, a finales de los años 40. Siempre declaró su pasión por el rojo y azul de la camiseta del club (igual que la del Barça), también apodado «el ciclón» en Argentina.

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La vinculación del Papa con la entidad porteña, proclamada sin ambages también en la esfera pública, ha sido un motivo de orgullo para un país que destila fútbol en cada esquina, de ahí la tristeza por su fallecimiento, especialmente en el distrito donde nació su club. Boedo es un barrio humilde, muy proletario, peligroso en algunas de las villas que lo componen, aunque de gran popularidad porque se trata de un enclave tanguero por excelencia en la gran urbe.

Bergoglio ha sido un sumo pontífice distinto. Su trabajo como líder de la iglesia católica ha tenido un marcado enfoque pastoral, con planes de reforma, que ha hecho de la humildad y el compromiso con los más necesitados la razón de su pontificado. No es de extrañar, por tanto, que el primer papa jesuita y latinoamericano desde San Pedro, adoptara el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, el santo de la pobreza, la paz y la austeridad.

En su papado ha enfrentado la lucha contra la pederastia, la corrupción, el rechazo de prebendas y ha abierto la iglesia a homosexuales y divorciados, entre otros logros. El tiempo valorará su legado y le definirá, además, como el papa más futbolero de la historia.