Miguel Juan Urbano
Miguel Juan Urbano

Redactor jefe de Sucesos en el diario Menorca

Adiós a las armas

Necesidad básica que no lo parece

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Es sencillo imaginar cómo reaccionarían los residentes en cualquiera de las comunidades autónomas de este país si descubrieran un sábado cualquiera, publicado en el BOE, que el Gobierno les incrementa en un 37 por ciento los precios de los trenes de cercanías o de los autobuses con los que se desplazan de una provincia a otra.

Catalanes, madrileños, vascos o andaluces, por ejemplo, montarían en cólera, mientras aquí estamos tristemente habituados a que las demandas políticas queden en muy poco a pesar de que el autobús o el tren de los peninsulares es el avión para los isleños. Su coste, por tanto, debería estar acorde al de un servicio escencial, o cuanto menos, evitar que se aplicara una subida desorbitada.

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Esa situación es la que se ha dado en Balears esta última semana, justificada por el aumento de los costes operativos y de combustible de las compañías, esgrime el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible que dirige Óscar Puente, precisamente el mismo argumento alegado por Air Nostrum que opera los vuelos interislas. Desliza, además, que de no ser así se comprometería la continuidad de las aerolíneas por una supuesta inviabilidad económica en lo que puede interpretarse como una velada amenaza para quienes dependemos de ellas.

A este hachazo reciente se suma la persistente falta de asientos y frecuencias en la ruta con Madrid. A pesar de la insistencia de los representantes en la política nacional, no han logrado su propósito tampoco en esta ocasión. El gobierno no ha previsto ni una cosa ni la otra para el presente año, con lo que un viaje imprevisto a la capital con el regreso ajustado a los intereses de cada uno puede tener un precio desorbitado en el caso de que quede alguna plaza disponible. Es la realidad del transporte aéreo en la Isla, la de una necesidad básica que no lo parece.