Pau Faner
Pau Faner

Escritor

Les coses senzilles

Tiempo de silencio

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El pasado 25 de abril se presentó en el Casino 17 de Gener de Ciutadella el libro de Nel Martí titulado «La història oblidada del líder republicà Teodor Canet», con la participación del autor, del periodista Josep Pons Fraga y de Rosa Canet en representación de la familia. El libro ha sido publicado en la «Col·lecció Jamma» y recupera la historia política y empresarial de Teodoro Canet, que fue un destacado líder republicano y diputado de la Segunda República. Nacido en Ciutadella en 1877, Teodoro Canet Menéndez fue concejal, diputado provincial y diputado a Cortes. Fue asimismo un empresario de éxito, continuando la labor de su padre, José Canet Guitart, participando de la industria de los bolsos de plata, del calzado, del transporte naval, avalando al propio Casino 17 de Gener, del que fue presidente, desde el banco de la familia y promoviendo obras públicas para combatir el desempleo en Menorca. Dos días después del comienzo de la Guerra Civil Española, el 20 de julio de 1936, fue detenido en su chalet de Miramar y el 14 de agosto siguiente fue ejecutado en la carretera general, cerca de Ferreries, junto con otras personalidades relevantes de Ciutadella. Entonces cayó sobre su figura un velo de silencio que se prolongó durante la guerra, la postguerra y la democracia, y que hoy Nel Martí intenta empezar a desvelar con su libro. Lo cierto es que este libro, respetuoso con todos, muy bien documentado y escrito con devoción, representa un primer paso para hacer justicia a la figura de Teodoro Canet Menéndez, olvidada después de un pasado brillante, nunca reconocida.

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Muchos se preguntan cuál fue la causa que desencadenó el encarcelamiento y asesinato de este hombre, benefactor del pueblo, querido hasta el momento de su muerte. Existen versiones divergentes. En primer lugar, hay que situarse en los momentos convulsos del inicio de la guerra, y aun en la Europa de la época. En España se desencadenó una verdadera revolución y Teodoro Canet fue una de sus primeras víctimas. De convicciones republicanas, no podía llamársele propiamente de izquierdas siendo un empresario de éxito, con un gran patrimonio, emparentado con la nobleza y comprometido en la protección de una hermana monja. Parece que en lugar de dar la cara debería de haber puesto tierra y tiempo de por medio, como hicieron otros, esperando a que los pésimos tiempos para la lírica se relajaran y sobreviniera una época si no de calma, de menor peligro para un hombre bueno como él.