Sin anestesia y sin ningún aviso previo, el Gobierno de Pedro Sánchez publicó en el BOE del 26 de abril el aumento de las tarifas en todas las rutas interinsulares de Balears.
Un gran incremento de casi el 40 por cien que afecta a todos los residentes en las Islas, de manera más acusada a quienes deben desplazarse por motivos laborales, profesionales y de estudios, para recibir atención médica o porque han de participar en reuniones presenciales. Y también impacta sobre los visitantes, que no pueden acogerse al descuento que ampara a quienes están empadronados en el Archipiélago.
Estos nuevos precios, que ya se están aplicando en todas la rutas declaradas OSP (Obligación de Servicio Público), o sea, los trayectos declarados de interés general, implican que el billete más económico para viajar de Mallorca a Ibiza o Menorca haya pasado de 82 a 113 euros, mientras que la ruta que enlaza Menorca con Ibiza ha subido hasta los 155 euros.
El Ministerio de Transportes ha conseguido su objetivo: que esta contundente alza, dicen que motivada por los mayores costes operativos, esté pasando prácticamente desapercibida. Ha impuesto la sordina tras decretar una orden de silencio que está siendo acatada de forma generalizada. No dice nada Consubal, la siempre bulliciosa asociación de consumidores y usuarios de Alfonso Rodríguez; callan los sindicatos; las formaciones políticas, siempre tan elocuentes, no han difundido ningún comunicado, excepto Més; y solo se ha atrevido a levantar su voz la Agrupación de Agencias de Viajes de Balears (Aviba), cuyo presidente, Pedro Fiol, nos advierte de aumentos de hasta doce euros por cada viaje de ida y vuelta.
El Govern no apoya la subida y recuerda que es una decisión del Gobierno central tras la petición formulada por Air Nostrum, porque la gestión de estas rutas no es competencia autonómica sino estatal. O sea, del PSOE y Sumar. Pero quien calla, otorga.
