Sociedad
La soledad es un problema contemporáneo. Hasta hace medio siglo el problema era el contrario: conseguir estar a solas en algún sitio. Las casas albergaban a familias numerosas en las que convivían al menos tres generaciones, siempre había ruido, trabajo, niños que lloraban y abuelas dando voces. En ese entorno, una persona sensible, solitaria, que pretendiera aislarse un poco del mundo se veía obligada a salir al campo y alejarse de los suyos para hallar la ansiada tranquilidad y silencio. El mundo ha cambiado de forma radical en pocas décadas y hoy resulta que algunos países ya tienen un Ministerio de la Soledad para hacer frente a la situación de millones de personas que se sienten solas, la mayoría ancianos, que seguramente vivieron una infancia y una juventud repletas de compañía. Eso de la soledad, como todas las emociones y sensaciones, requiere de cierto trabajo interior para aprender a manejarla y quizá los políticos destinados a ello puedan crear programas con ese cometido o buscar soluciones ingeniosas. ¿O no? Nunca se sabe.
También en Opinión
- Un camión pierde la cámara frigorífica y genera retenciones en la carretera
- Desmantelan un punto de venta de droga en Ciutadella a las puertas de Sant Joan
- Roban 60 balas de paja en una finca de Es Mercadal: «Todo esto es muy raro»
- Vaga a IB3: aquests seran els únics actes de les festes de Sant Joan que s'emetran
- Indignación en la Policía Nacional: los agentes que vendrán por Sant Joan deberán pagarse la estancia