Amaya Michelena
Amaya Michelena

Jefa de sección (Domingo)

El rayo verde

Pederastas

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Supongo que ya habrá alguien haciendo una investigación sobre lo que parece un tsunami de abusos a menores -y a mujeres adultas también- que recorre el planeta. Desde violentas estrellas del rap americanas hasta tiernos jubilados que parecen inofensivos, pasando por redes de pederastia organizadas alrededor de los centros de chavales tutelados, aquí, muy cerquita. Desde la posición del espectador no puede percibirse más que con auténtico horror. Eso que siempre ha sido un tabú en todas las sociedades -tocar a los niños- parece ahora casi un modo más de entretenimiento. Decenas de cerdos almacenan en sus ordenadores millones de vídeos y fotos pornográficas con peques, incluso bebés sometidos a horribles torturas.

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A través de la prensa solo nos llega la punta del iceberg, lo que las autoridades consiguen desmantelar y lo que llega ante un tribunal. Las estadísticas dicen que solo el cuarenta por ciento de las mujeres agredidas busca ayuda después, a menudo transcurridos muchos años. No quiero ni imaginar lo que se esconde de la vista. Tal vez esto haya ocurrido siempre y sea una tara más en el cerebro de los hombres -de hecho, en algunas sociedades atrasadas se conciertan bodas de adultos con niñas y el desgraciado turismo sexual hace mucho que existe-, pero la sensación es de incremento exponencial con las redes sociales. En China, unos días atrás, han sido ejecutados tres de estos pederastas, que habían violado cada uno de ellos a varias niñas, la mayoría menores de catorce años, valiéndose de su posición; uno era profesor, los otros accedían a las crías a través de una plataforma en línea. Una de las víctimas se suicidó a los 16 años. Aquí la justicia los despacha con penas de risa.