Oraciones
Cosas que estallan
Las cosas estallan cuando por una u otra razón ya no se soportan a sí mismas, y revientan liberando violentamente energía térmica, sonora y lumínica. Explotan de súbito, y considerando que el propio universo es fruto de una colosal explosión en medio de la nada, cuando no existía espacio ni tiempo, y que durante millones de años las explosiones y deflagraciones nunca han cesado, es fácil concluir que las cosas que estallan son muy abundantes, que todo acabará estallando más pronto o más tarde, y que quizá debería haber titulado este párrafo ‘Cosas más propensas a estallar’. Tampoco serviría de mucho, porque no se trata de propensión sino de oportunidad, y las cosas, igual que las personas y las guerras, suelen estallar cuando se dan las condiciones adecuadas. Como las risas y lágrimas, en efecto, ya que si algo estalla mucho son las emociones. En épocas sentimentales y emotivas, como la presente, todo son estallidos aquí o allá; nos comunicamos mediante explosiones controladas y noticias bomba, que si bien no incendian las ciudades, o no siempre, sí hacen arder las redes. Que la actualidad suele estallar, al igual que los símbolos cuando chocan entre sí, es algo que descubrieron los periodistas hace siglos, de ahí el invento de los grandes titulares. Explosivos, naturalmente, ya que para que una cosa sea interesante tiene que estallar. Las mentiras y falsedades estallan, pero las verdades también, aunque tardan más. Esta es una regla universal que sirve igual para la política, la publicidad, los espectáculos y hasta las gilipolleces. Es igual que el estallido sea tonto, lo básico es que estalle. Hay cosas que a temperatura ambiente estallan por sí solas, como las supernovas, o las baterías y teléfonos móviles, y otras que requieren algo de elaboración, como los bombardeos aéreos y los drones asesinos. La cultura y la técnica del estallido han mejorado mucho desde que los chinos descubrieron la pólvora, y se pueden hacer estallar cosas que no estallan, como hospitales y campos de refugiados. Probablemente, todo acabará estallando por no poderse soportar a sí mismo. Hasta la paciencia estallará. No en vano procedemos de un gran estallido cósmico en la nada.