Firmeza y prudencia

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La dirección del PSOE es prudente, y sabiendo que la derecha les está atacando, ante el caso de la mafiosa chapucera ha querido tener más información, y le ha abierto un expediente. Nada menos. Como sigan así, cualquier día un concejal del PSOE mata a alguien y, como se descuiden, igual le echan una bronca. Como diría Pedro I, El Mentiroso, no hay que descartar nada, ni enfangarse con especulaciones, pero quién sabe si la militante Leyre Díez no será un topo preparado por el PP, esa maniobra de espionaje de la que, como diría Bolaños, solo es capaz la derecha. Quién sabe, si el honrado hermano del presidente no fue víctima de las luchas intestinas del PSOE, y convencieron a la víctima recién aforada para que cayera en la trampa, todo con objeto de que, cuando se descubriera que el hermano del presidente cobraba, cayera la sospecha de nepotismo sobre el sobrio y honesto Pedro I, El Mentiroso, como así ha sido. He tenido dos experiencias con esos miembros de organizaciones criminales, de no muy alta graduación, y recuerdo que el lenguaje era mucho más fino y cortés que el empleado por la señora Díez. Ese lenguaje, que supera en zafiedad a un camello del Bronx de los noventa, en pleno cabreo por echar en falta tres papelinas, es lo que me insta a reconocer la prudencia del PSOE, porque es imposible que una persona que se muestre así pueda ocupar el puesto de directora de Relaciones Institucionales de Correos. Claro que de director de Correos estaba un amigo de Pedro I, El Mentiroso, Juan Manuel Serrano, que dejó la empresa estatal bastante peor de lo que estaba. De momento, la prudencia aconseja que esto no se sepa hasta que no se aclare lo del apagón. O sea, primero, comprobar que la señora Díez no es una marciana.