La huelga de nunca acabar

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En un partido de Copa de futbol, allá por el año 1948, el equipo de Alcoy iba perdiendo por goleada cuando a falta de un minuto para cumplirse el tiempo reglamentario, el árbitro decidió pitar el final y dar la contienda por concluida a lo que los jugadores se indignaron y la liaron con el colegiado. Es la leyenda que alimenta la expresión aquella de tener más moral que el Alcoyano. Frase que pasará a la historia y será substituida por una más moderna que dirá que tienes más moral que un huelguista de IB3. Y es que los técnicos y periodistas, fijos sin concurso ni oposición, en la radio y televisión pública, llevan más de veinte años dando la vara a los políticos esperando ser periodistas funcionarios de pleno derecho.

De hecho, hay algunos que empezaron con las primeras movidas y ya se han jubilado y tienen nietos. Es una reivindicación que se hereda, como la monarquía. Viven en un bucle en el que los socialistas siempre les prometen lo mismo, nunca cumplen y después se lían a palos cuando mandan los otros. Llevan dos décadas con el palo y la zanahoria. Quieren una plaza y un sueldo de funcionario sin pasar examen y eso, aunque los políticos lo prometan, choca con la ley que es tozuda y no se puede saltar a gusto del consumidor. Además, sale más caro. Lo saben los técnicos. Tal vez el que no lo sabía es usted que será rehén de sus huelgas vetustas.